9.6 C
Paraná

A los 87 años recorre el país en una casa rodante

A los 87 años una mujer recorre el país junto a su familia. Su nuevo hogar, un colectivo de media distancia acondicionado para tal fin.

A los 87 años una mujer recorre el país junto a su familia. Su nuevo hogar, un colectivo de media distancia acondicionado para tal fin.

A los 87 años una mujer tiene como nuevo hogar un colectivo de media distancia que acondicionaron con cuatro ambientes, una cocina completa, la sala de estar y un comedor.

“A los 87 años me convencí sola. Sin pedir permiso me subí a esta aventura…”, cuenta Miriam, madre de María Teresa, la copiloto de esta travesía mundial, y abuela de los otros cinco integrantes que viajan a bordo de una “carroza viajera”.

De un día para el otro, Miriam pasó de dormir en su cómoda casa a contemplar sus noches en una de las habitaciones del colectivo de 13 metros de largo y 2,5 metros de ancho que, diseñó su yerno. “No conocía este tipo de vida nómada, sin prisa ni tiempos agitados”, le explica a Infobae. “Es lindo poder vivir nuevas experiencias a esta altura de la vida”.

El punto de partida

Miriam siempre compartió su rutina con su única hija, casada con Martín Gauna. La pareja se conoció en 1996 en la Santa Fe capital, donde se pusieron de novios y tuvieron a sus cinco hijos: Pablo (23), Juan Martin (12), Diogo (7), Indra (5), Rona (18 meses).

En la ciudad la familia llevaba una vida rutinaria. Juntos organizaban eventos sociales, y en paralelo, Martín hacía algunas tareas a pedido como diseñador gráfico. “El ritmo era sistémico, no había mucho tiempo para pensar o planificar. Siempre estábamos bajo algún tipo de presión, como si se tratara de una carrera”, comenta el yerno de Miriam.

Pero en 2017 la vida familiar tuvo un giro de 180 grados. “Un día conocí a alguien que me enseñó un poco más de lo que yo conocía del mundo”, explica Martín. Ese alguien resultó ser un integrante de la Familia Zapp, los argentinos que viajan por el mundo en un auto de 1918 desde el año 2000. “Estábamos en la cama, queríamos despejarnos después de un día laboral estresante. Y encontramos una entrevista donde ellos contaban su travesía. Al principio estaba escéptico, descreído, hasta que su relato nos atrapó”.

Se lo comentaron a Miriam, que no quiso saber nada del tema. “Me parecía una idea loca. No entendía por qué querían dejar todo lo logrado para perderse por ahí”, agrega.

A partir de ese momento, la pareja puso en marcha un plan que demoró en concretarse casi tres años. Lo primero que hicieron fue deshacerse de lo material: vendieron la casa, los muebles, las bicicletas y los autos. Pero eso no fue todo: lograron migrar el trabajo presencial al remoto. “Sin prever lo que vino después con el encierro por el Covid-19″, recuerdan.

Más leídas
En esta misma categoría
Nuestras redes
Relacionadas
Te puede interesar