La Fiscalía acusará a cuatro personas de haber usurpado una vivienda de barrio Ludueña, de la ciudad de Rosario, que pertenecía a una mujer fallecida. Entre los sospechosos, hay una empleada de Pami que trabaja en una localidad cordobesa y es madre de uno de los involucrados, al cual le habría habilitado información oficial desde la oficina estatal.
La investigación es parte del seguimiento a una célula de Los Monos con base en barrio Ludueña y que fue imputada en agosto pasado.
Desde mediados de 2021, pero sobre todo a partir de 2022 con el recrudecimiento de la disputa con un grupo del barrio Empalme Graneros, en Ludueña se sabe que parte del control del delito está en manos de una gavilla específica integrada por unas 30 personas. Es la que en agosto de 2022 el fiscal Pablo Socca, de la Unidad de Balaceras, imputó como una asociación ilícita dedicada a cometer homicidios, otros ataques violentos, extorsiones y más delitos organizados desde la cárcel por Andrés Benítez y Julián Aguirre, y ejecutados en la calle con el liderazgo de Mauro Gerez y Jonatan Almada, detenidos desde entonces.
Para que una banda de esa magnitud, también involucrada en la comercialización de drogas, pueda desplegarse en un territorio y mantener una contienda con un grupo contrario, se necesita manejo de información. Es entonces cuando se requieren herramientas a las que no cualquiera puede acceder si no es con cierta anuencia. Como ocurrió en este mismo grupo con un joven detenido la semana pasada, apuntado como sicario de la banda, quien cayó junto a su madre, empleada policial, a quien el fiscal Socca le endilgará haberle filtrado información proveniente desde la Fiscalía para que otro de los integrantes se mantuviera prófugo.
Ahora fue detenida en Valle Hermoso, Córdoba, una empleada de Pami que, si bien trabaja en la provincia vecina, tuvo acceso a información que sirvió a la banda para usurpar una vivienda. Se trata de Gladis G., madre de Oscar Omar «Nenu» Ramírez, uno de los eslabones más fuertes de esta banda de Ludueña. Junto a Benítez y su pareja Sandra Belén W., según el fiscal Socca, en junio de 2021 organizaron, planificaron y ejecutaron la usurpación de la vivienda de una mujer que había fallecido un mes antes. La casa está ubicada en Urquiza al 6000, lindera al domicilio donde fue asesinada a balazos Verónica Almada, hermana de Jonatan Almada, considerado por los investigadores como uno de los líderes del grupo.
Para Socca, la empleada de Pami abusó de sus funciones cuando se desempeñaba en la sede de la localidad de La Cumbre, provincia de Córdoba. Desde allí accedió a la base de datos del organismo, sin autorización recabó información de la dueña de la casa e insertó declaraciones y una firma falsa de la mujer ya fallecida en un formulario. El objetivo fue brindarle a su hijo un documento público que le permitiera justificar su presencia en la vivienda que, en realidad, había usurpado.
Luego, «Nenu» entregó la casa a Andrés Benítez, preso en la cárcel de Piñero, quien delegó a su pareja, Sandra W., la administración del inmueble. El mismo estaba siendo alquilado a otras personas ajenas a este entramado. Las dos mujeres quedaron detenidas y serán imputadas en los próximos días junto a los dos hombres ya presos.
Fuente: La Capital