Por la noche de este miércoles se produjo un siniestro hecho en Corrientes. Atacaron a un niño de diez años al que amordazaron y luego abandonaron en un descampado. Tras unos instantes, lo encontraron en estado de shock por lo sucedido. El hecho despertó la indignación de los correntinos.
Reconstrucción
Según los primeros testimonios que obtuvo la policía, el niño salió de su práctica de fútbol y fue atacado por uno o dos hombres. Ante la demora en la llegada a su vivienda, la familia del menor comenzó a buscarlo y, tras unos instantes, lo encontraron. Fue en un baldío, en el que estaba en estado de shock: tenía las manos atadas y una remera en la boca, según detalló su padre.
La fiscal del caso, Andrea González, habló sobre lo sucedido con Radio Sudamericana y explicó que el agresor se habría llevado al niño a la fuerza hasta el descampado. Por el momento trabajan en determinar los motivos.
El niño al que atacaron, amordazaron y abandonaron fue rápidamente trasladado por su familia al hospital pediátrico «Juan Pablo II». Allí constataron que no presentó lesiones compatibles con un abuso sexual con acceso carnal. Sin embargo, por el estado en el que lo encontraron, el niño seguirá en observación hasta estar totalmente recuperado y pueda contar lo que ocurrió. Sus padres ya radicaron la denuncia.
Ataque al supuesto agresor
Unas horas más tarde, vecinos del barrio Costa Esperanza se presentaron en la casa de quien sería el supuesto agresor y la atacaron. La Policía de Corrientes se presentó en el lugar, la situación se desbordó y hubo un enfrentamiento. Los vecinos arrojaban piedras; y los efectivos policiales respondieron con balas de goma.
Testimonio
Sergio, padre del menor, explicó que su hijo estaba jugando con su hermano y algunos amigos. En ese momento acompañó a un amigo hasta su casa y, cuando volvía se produjo el ataque. Aseguró que su familia vivió horas de terror hasta que con la ayuda de una vecina dieron con el descampado en el que estaba su hijo.
“Su cuerpito estaba caliente, no reaccionaba. Tenía sus manos atadas con una bolsa de nylon y una remera en la boca”, explicó y agregó: “Quisieron abusar de él, pero no pudieron porque el barrio estaba convulsionado con la desaparición”.
Sobre el primer hombre al que detuvieron, el padre del menor explicó que no tenía nada que ver con el secuestro. Para él, los apuntados son dos jóvenes de 18 y 19 años que viven en los alrededores del barrio.