En las últimas horas se confirmó que los cinco tripulantes retenidos debido a su relación con el avión iraní-venezolano investigado por la justicia podrán salir del país. Se trata de tres personas de Irán y dos de Venezuela que habían sido convocadas a prestar declaración indagatoria. Se los sospecha de financiar actividades terroristas, investigación que no finalizará pese a su libertad.
Todo comenzó el seis de junio, cuando el avión llegó al país lleno de autopartes, con 19 tripulantes y múltiples sospechas respecto a su origen. Desde entonces detuvieron a cinco de los pasajeros que prestaron declaración indagatoria ante la justicia. La acusación habla sobre el supuesto desvío de fondos para financiar al terrorismo.
Ante la falta de pruebas, la Justicia permitió este viernes que los cinco hombres -que continuarán siendo investigados- puedan salir del país. Los liberados son el piloto Gholamreza Ghasemi y los acompañantes Abdolbaset Mohammadi, Saeid Valizadeh (todos de Irán), Víctor Manuel Pérez y Mario Arraga Urdaneta (de Venezuela). No los podrán procesar por falta de mérito.
Viajes dudosos
Las sospechas se levantaron por los viajes realizados por los acusados en el último tiempo. Hay registros que indican que los acusados se movieron en vuelos entre Teherán (capital de Irán) y Siria con la aerolínea Fars Air Qeshm. Esa compañía es vinculada por el FBI con el movimiento extremista Hezbollah, acusándola de protagonizar viajes con armamento de contrabando entre las localidades de Teherán y Damasco.
Pese a eso, el juez federal Federico Villena determinó que no hay pruebas contundentes para procesar a los detenidos. La Cámara Federal de La Plata había solicitado un mes atrás que se resolviera la situación procesal de los detenidos.
En su fallo, Villena detalló: “Cuando los elementos de juicio no autorizan el dictado del auto de procesamiento y, a la vez, tampoco tienen entidad para descartar la existencia del hecho, su carácter delictuoso o la responsabilidad del imputado -lo que haría procedente su sobreseimiento- el juez debe disponer la falta de mérito”.
La fiscal Cecilia Incardona cuestionó el regreso de los tripulantes a sus países de origen ya que considera improbable que vuelvan a la Argentina. Esto se debe a que sus países no admiten la extradición de ciudadanos. “En caso de confirmarse, habrá desaparecido la posibilidad de juzgar a eventuales responsables de un hecho sumamente grave como lo es el aquí investigado”, sostuvo Cardona.
La investigación continuará, ya que la causa tiene 118 medidas de prueba y están a la espera de respuesta a los exhortos enviados a España, Aruba, República Dominicana y Paraguay; más los nuevos ordenados por Villena hacia Irán, Siria, Venezuela y Panamá. En estos piden más datos sobre el avión y sus tripulantes.
Además de la liberación de los extranjeros detenidos, también se dejó sin efecto el secuestro del avión perteneciente a Emtrasur. No obstante, su incautación seguirá vigente por el pedido de la justicia de Estados Unidos encabezado por el juez Michael Harvey. La solicitud se produjo por la transferencia no autorizada entre Mahan Air y las Fuerzas Quds y Emtrasur.
Vínculos
El FBI relaciona al piloto del avión iraní-venezolano Ghasemi con la Fuerza Quds de la Guardia Revolucionaria Iraní y Hezbollah. Las dos organizaciones terroristas están relacionadas con los atentados a la embajada de Israel y a la AMIA en la Argentina.
El teléfono del piloto tenía imágenes y logos de la Guardia Revolucionaria iraní y de las Fuerzas Quds. También incluye fotos antiguas de soldados portando armas y uniformes con el logo de la organización.
En su declaración, Ghasemi sostuvo: “Son fotos comunes enviadas mediante WhatsApp y que quizás recibí en algún grupo, pero no me hacen sospechoso de ningún delito”, dijo el piloto restándole importancia al hecho. A esto añadió: “El logo que se repite varias veces no tiene ninguna connotación negativa, ya que es el logo de Los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria Islámica que es una rama de las Fuerzas Armadas Iraní, tiene carácter institucional, ya que en Irán es una fuerza oficial”.
Las pericias aún no finalizaron y la investigación acumula más de 5.000 hojas con los mensajes que se rescataron de todos los aparatos electrónicos de los 19 tripulantes.
Detalles de la carga
El avión iraní-venezolano que llegó a Buenos Aires el 6 de junio debía hacerlo el 2, pero se retrasó en México por falta de una autorización. Su partida desde Querétaro se produjo finalmente el 5 y realizó una escala en Venezuela.
Dentro llevaba autopartes de SAS Automotriz, firma que comercializa asientos y panel de instrumentos para el Volkswagen Taos, que se produce en la planta de General Pacheco, Argentina.
SAS responsabilizó a Fracht, empresa de logística con sede en Suiza y sucursales en 40 países luego de que estalló la polémica. Sin embargo, se comprobó que hubo una cadena de contrataciones entre varias empresas para ocultar a Emtrasur.
El 8 de junio el avión intentó volar a Uruguay en búsqueda de combustible, pero el país vecino le impidió el aterrizaje. Desde entonces está retenido en Ezeiza.