Los supermercados e hipermercados, uno de los pocos rubros que siguen trabajado durante esta cuarentena obligatoria de diez días dictada por el gobierno nacional, definieron un sistema de atención reducida y coordinada.
En algunos locales de grandes superficies se controla el ingreso y permanencia de cantidades determinadas de personas. Ingresan grupos de 20 o 30 personas que hacen fila en las puertas, respetando las distancias recomendadas.
Una vez en las puertas de ingreso, el personal de seguridad explica que solo puede entrar una persona por grupo familiar. Y, dentro del local, el sistema de altoparlantes, pide que se hagan las compras con la mayor celeridad posible para que otros clientes que esperan, puedan ingresar.
En su mayoría, los clientes compran productos de primera necesidad, en cantidades habituales para un grupo familiar y algunos elementos de limpieza. En los grandes supermercados no se nota desabastecimiento y los precios se mantienen en los mismos niveles que la semana pasada.
Este sábado se dio un movimiento menor al registrado el viernes, primer día de la cuarentena obligatoria, confiaron los cajeros del hipermercado Changomás. Según los trabajadores, aunque el local permanece abierto hasta las 22, cerca de las 20, el flujo de clientes se redujo notablemente y ya no se registraron filas para ingresar.