Los efectos de la sequía todavía siguen causando estragos en el sector agroexportador, amenazando principalmente a la cosecha de trigo. Según la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), del millón de hectáreas sembradas en la zona núcleo de la pampa húmeda, la mitad se encuentra en un estado entre regular y malo, producto de la falta de lluvias. Sin embargo, esa cifra se duplica si se agrega el resto de las regiones productoras, comprometiendo tres millones de toneladas de trigo, explicaron desde la Sociedad Rural. A su vez, la falta de humedad en los suelos posterga el comienzo de la siembra del maíz.
«El agua fue insuficiente. Del millón de hectáreas sembradas (en la región centro), hay 400.000 hectáreas regulares, 100.000 hectáreas malas y se registran los primeros lotes pastoreados. En las áreas más afectadas estiman rindes de 5 a 15 quintales por hectárea. Y en las más beneficiadas por lluvias, alertan una caída brusca de potencial: sin napas ni reservas, el cultivo depende solo de nuevas lluvias», alertó un informe de la BCR.
Un diagnóstico similar realizó el economista en jefe de la Sociedad Rural Argentina (SRA), Ernesto Ambrosetti, que estimó que, si a ese cálculo se le agregan el resto de las zonas de cultivo, el número de hectáreas en riesgo se duplica. «Tenés 1 millón de hectáreas con estrés hídrico, con deficiencia de humedad, a la que le falta agua y precipitaciones de acá a los próximos días», explicó, y adelantó que eso puede derivar en «haya una merma importante de la producción, serían tres millones de toneladas que se pueden perder por esa afectación».
Las principales áreas afectadas por la falta de precipitaciones y las altas temperaturas, explicó, son «todo el norte de la Pampa Húmeda que corresponde a la provincia de Córdoba, un poquito al norte de la provincia de Buenos Aires y la parte de la provincia de Santa Fe que linda con Córdoba».
El impacto de El Niño
Consultado por BAE Negocios, el ingeniero agrónomo Javier Preciado Patiño, explicó que en esas regiones el fenómeno climático de El Niño «no se expresó en toda su magnitud», lo que evitó que se hubiera podido sembrar todo el trigo que hubiera sido posible. «El Niño parece que se hizo adolescente y está medio rebelde», ironizó el experto, que planteó que «ahora se vive un punto de inflexión».
«Si en las próximas dos semanas hay lluvias, aunque sean discretas, es positivo. Si no hay lluvias en donde están ya cortos de agua, se complica. Pero además de eso, hay que ver la temperatura. Si vos tenés un golpe de calor que le saque al cultivo la humedad, estamos complicados. Y, por último, está el tema de las heladas. Llega haber una helada y se pierde la espiga de trigo. Entonces, estamos exactamente en un momento de inflexión del cultivo», detalló.
Este escenario también retrasó el comienzo de la siembra del maíz. «En la última semana, el progreso de la siembra fue lento, solo un 10%. Aún resta por implantar unas 540.000 hectáreas de maíz temprano. El avance se hizo a costa de los sectores que presentaban mejores condiciones de humedad, como el extremo sur santafecino y el noreste bonaerense. Sin embargo, en estos sectores las últimas siembras se hicieron con la humedad justa«, explicó el informe de la Bolsa de Rosario.
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De todas maneras, Patiño aclaró que «la ventana de tiempo para sembrar el maíz es muy amplia, hay tiempo hasta diciembre para sembrar el maíz».
Para los próximos meses, Ambrosetti relató a este medio que «hay una preocupación muy importante» en el sector. «El Niño en la Argentina para fines de año podría generar lluvias muy fuertes y en gran cantidad en poco tiempo. Podría generar inundaciones futuras que te pueden afectar la cosecha de trigo o el desarrollo de los cultivos de cosecha gruesa de maíz, girasol y soja», agregó.