Los primeros minutos se jugó como en las clásicas ediciones coperas, donde la fricción se imponía a las ideas. La lucha le ganaba con comodidad a las escasas intenciones del lado de Flamengo y de Vélez.
Ante este panorama, la única manera de romper el cero era mediante una acción puntual. Así fue como avisó el Mengao, a los 12 minutos, cuando Matías De los Santos la perdió en la salida y Pedro aprovechó esta situación para generar un remate al primer palo, que Lucas Hoyos envió al tiro de esquina.
Por su parte, Vélez dependía pura y exclusivamente de lo que generara Lucas Janson, quien iba a ser el encargado de generar la única chance del Fortín en el primer tiempo, con un disparo a colocar, el cual Santos envió al tiro de esquina.
El local, pagó muy caro el quedo de su defensa tras un centro desde la derecha de Rodinei, el cual llegó a puntear Pedro, para enmudecer el Amalfitani. Rápidamente, los de Liniers, estuvieron muy cerca del empate, con un tiro libre de Luca Orellano que se estrelló en el poste izquierdo.
Sin embargo, sus errores en el fondo volvieron a quedar expuestos y debió aparecer Hoyos para ahogarle el segundo a Pedro, aunque antes que finalice el primer tiempo, iba a caer el mismo. Después de una hermosa jugada colectiva, Gabriel Barbosa jugó con un toque sutil hacia Everton Ribeiro, quien definió con mucha tranquilidad para extender la diferencia.
En los primeros 15 minutos del complemento, Vélez se adelantó unos metros, pero sin la claridad necesaria para inquietar el arco del conjunto carioca. El golpe al mentón fue el tercero con la definición de Pedro ante la salida del uno.
Luego de esto, un festival de situaciones dilapidadas por Flamengo a cargo de Gabriel Barbosa, pero quien no falló, una vez más, fue Pedro para dejar a la visita muy cerca de la final.
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Ahora, Vélez dependerá de un milagro para sortear esta instancia. Con Pedro, como bandera, la visita bailó al Fortín al compás de la samba.