Los investigadores que analizan el femicidio de la argentina en Buzios, Brasil, creen que el sospechoso detenido trabajaba desde hace tres meses en una playa cercana al lugar del crimen. Por su parte, este jueves la familia de la víctima llevó a cabo la cremación del cuerpo para poder regresar al país.
El detenido, nacido en Brasil e identificado por la policía local con las iniciales C.J. de F (32), está imputado por el femicidio de Florencia Aranguren, quien fue encontrada muerta este miércoles en un sendero con al menos una herida de arma blanca y junto a su perro con el que paseaba cuando la atacaron.
Según expresaron fuentes del municipio de Buzios, el acusado residía allí desde hacía tres meses y trabajaba en la playa del barrio José Gonçalves, en la zona sur de esa ciudad turística de Brasil.
“Es una playa que queda alejada de la ciudad. Es un barrio de mucha preservación ambiental, por lo que hay mucha flora, donde en el interior hay un camino, que es donde ocurrió el crimen”, dijo a Télam una fuente de la municipalidad de Búzios. El hombre también tenía antecedentes penales por un intento de robo, por el cual estuvo preso.
Por otra parte, la hermana y el cuñado de Aranguren viajaron la noche de este miércoles hacia Río de Janeiro y esta madrugada se trasladaron a Cabo Frío, donde se realizó la autopsia, según indicó Ana Sarrabayrouse, cónsul general de Argentina en Río de Janeiro.
En base a lo que precisaron las fuentes, los familiares de la mujer ya hicieron la cremación del cuerpo para así traer los restos al país en los próximos días.
Por su parte, Tomás Sánchez, padre de una amiga de Florencia que vive en Brasil, recordó a la joven asesinada como una “un amor de persona”. Asimismo, señaló que la víctima había viajado por primera vez a Buzios hacía unos meses y que había quedado “enamorada del lugar”.
“Estuvo viviendo en Andorra y fue a Buzios para trabajar y estar más cerca de Macarena -su hija-, que se conocen de chicas, y siempre estuvieron en contacto. Mi hija está desconsolada, totalmente destrozada”, le dijo a Télam.
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Sánchez, a su vez, contó que el perro que acompañaba a Florencia en el momento del crimen se llama “Tronco” y que la mujer lo había traído de España en uno de los últimos viajes que hizo. Aranguren era oriunda de la localidad bonaerense de Pilar, era dibujante, hacía acrobacia, había trabajado en un bar del barrio porteño de Palermo y era bartender.