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Desde Italia, llegan a Paraná las reliquias del beato Carlo Acutis

Desde Italia, llegan a Paraná las reliquias del beato Carlo Acutis. Serán bendecidas y entronizadas en la parroquia Santo Domingo Savio este jueves. Al respecto, el párroco Walter Minigutti, subrayó que se trata de “un hecho muy especial”.
Señaló al respecto que “las reliquias estén en nuestra parroquia es un regalo muy grande de Dios”.
El sacerdote explicó que “se realizaron las gestiones a través del Episcopado”, destacó la intermediación de la modelo paranaense Viviana Grecco y precisó que la misa “será mañana (jueves) a las 19 horas en la parroquia” de Calle Miguel David de la capital entrerriana. Allí se entronizarán las reliquias, se bendecirá su imagen y regalarán estampitas con la oración del beato.
“Este santo ha renovado la Iglesia que tanto necesitamos con la juventud que se está acercando”, expresó Minigutti en declaraciones al programa Nunca es tarde de Canal 11.

Historia de vida

Carlo Acutis nació el 3 de mayo de 1991 en Londres, en el seno de una familia italiana, originaria de Lombardía. Sus padres, Andrea Acutis y Antonia Salzano, se encontraban allí por motivos profesionales. Sin embargo, tras el nacimiento de Carlo, la familia Acutis regresó a Italia en septiembre de ese mismo año para más tarde instalarse en la ciudad de Milán. Ahí asistió a la escuela primaria y secundaria con las Hermanas Marcelinas, luego fue al Liceo Clásico León XIII, dirigido por los jesuitas. Transmitió en particular la importancia que tenía para él la Eucaristía que según él era “el camino que lleva al Cielo”.
Fue criado en una familia tradicional pero no practicante. Sin embargo, a temprana edad mostró su gusto por rezar en las iglesias, durante los viajes familiares solicitaba a sus padres visitar los santuarios de la región. Su madre tomó clases de teología para poder responder a las cuestiones que Carlo le planteaba.
A los siete años Carlo manifestó su deseo y recibió la comunión a la que llamó “mi autopista hacia el Cielo”. La tomó el 16 de junio de 1998. Desde entonces y hasta su muerte, Carlo asistió todos los días a misa. Rezó el rosario todos los días, se confesaba una vez por semana y participaba en el catecismo para los niños de su parroquia.
También dedicaba su tiempo libre a visitar a los ancianos y ahorraba dinero para dárselo a los más necesitados, ayudaba a las personas sin hogar, fue voluntario en los comedores populares y ayudó como catequista.
Mostró interés por las tecnologías de la información y la comunicación y como aficionado a la informática, ideó y organizó un material audiovisual relacionado con sus creencias religiosas acerca de la Eucaristía y los milagros eucarísticos. Fue precursor del uso de estos materiales para la difusión de contenidos religiosos. Tras dos años de investigación y viajes, en los que también participaron sus padres, elaboró una de sus obras más importantes: una exposición sobre los milagros eucarísticos en el mundo, su trabajo recoge un total de 136 milagros eucarísticos reconocidos por la Iglesia católica, con fotografías y descripciones. La exposición se inició en un sitio web pero posteriormente se materializó y se ha difundido por los cinco continentes.

Enfermedad y fallecimiento

Carlo enfermó de leucemia a principios de octubre de 2006. Al entrar al hospital le dijo a su madre: “De aquí ya no salgo”.
Cuando la enfermera le preguntaba cómo se sentía con esos dolores, Carlo respondía: “Bien. Hay gente que sufre mucho más que yo. No despierte a mi madre, que está cansada y se preocuparía más”. Pidió la extremaunción y tres días después del diagnóstico, el 12 de octubre de 2006, falleció en el hospital San Gerardo de Monza, Italia.
Antes de conocer su enfermedad, Carlo grabó un vídeo donde dijo que, si moría, le gustaría que lo enterraran en Asís. Por ello fue sepultado allí.
El día de su funeral asistieron varias personas inesperadas. Según su madre, había personas que ella no conocía, como personas sin hogar, inmigrantes, mendigos y niños. Gente que le hablaba de Carlo y de su trabajo social, de lo que él había hecho por ellos, y de lo que ella no sabía nada.
Exhumación
El 5 de julio de 2018 Carlo Acutis fue declarado venerable por el papa Francisco. El cuerpo fue exhumado y se encontró en un estado de Incorruptibilidad cadavérica “bien integrado”. Con el propósito de preservar su cuerpo, fue sometido a un proceso de embalsamamiento y su rostro fue reconstruido utilizando una máscara de silicona que recreó su apariencia para la posterior exposición.
El 6 de abril de 2019, después de unos momentos de oración en la basílica inferior de San Francisco de Asís y en la catedral de San Rufino, los restos del beato Carlo Acutis fueron trasladados a la iglesia de Santa Maria Maggiore también llamada santuario della Spogliazione («del despojamiento») en Asís, mientras que su corazón fue puesto en un relicario que se quedó en la basílica inferior de San Francisco. A ambas ceremonias asistieron varios miles de personas.
El 1 de octubre de 2020 se abrió su tumba para exponer sus restos reconstruidos a la veneración de los fieles, como parte de los hechos previos a su beatificación.
El muchacho se presenta además vestido como un joven de su época, con buzo, vaqueros y zapatillas deportivas. En una nota difundida ese mismo día por la diócesis de Assisi-Nocera Umbra-Gualdo Tadino, el obispo Domenico Sorrentino señaló que las noticias que circulaban en torno a las reliquias del beato Carlo Acutis no respondían a la verdad al decir que el cuerpo haya sido encontrado incorrupto.
El milagro y la beatificación
El 21 de febrero de 2020, tras un análisis de una comisión de médicos y la Congregación para las Causas de los Santos, el papa Francisco aprobó un milagro atribuido a Carlo Acutis, que permitió incoar su proceso de beatificación.

Milagro en Brasil

Este milagro es la curación inexplicable de un niño en Brasil. El padre Marcelo Tenorio, vicepostulador de la causa de Carlo, cuenta lo sucedido aquel día: “El 12 de octubre de 2010, en la capilla de Nuestra Señora Aparecida, en nuestra parroquia de Campo Grande (Mato Grosso del Sur), en el momento de la bendición con la reliquia, se acercó un niño acompañado por su abuelo. El niño estaba enfermo de páncreas anular, una enfermedad congénita que se estaba tratando. Esta enfermedad causaba que el niño vomitara todo el tiempo, lo que lo debilitaba y lo abatía mucho, porque todo lo que comía lo devolvía, incluido el líquido. Ya llevaba una toalla, porque su situación era grave. Cada vez más débil, encontraría una muerte segura. Durante la bendición, el niño le preguntó a su abuelo qué debía pedir y este le dijo que rezara, pidiendo «para que dejara de vomitar», y así sucedió. Cuando llegó el turno del enfermo, tocó la reliquia de Carlo y dijo con voz firme: «deja de vomitar», a partir de entonces ya no vomitó más”. En febrero de 2011, la familia solicitó que se realizaran nuevas pruebas al niño y se descubrió que estaba completamente curado.
El sábado 10 de octubre de 2020 Carlo fue beatificado en Asís. La ceremonia, se celebró en la Basílica de San Francisco de Asís, por el cardenal Agostino Vallini, delegado del papa Francisco. Se presentó una urna que contenía como reliquia el corazón del nuevo beato.

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