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Discutió con su pareja y arrojó a su hijo de 5 años de un tercer piso

Los familiares de la víctima denunciaron conductas agresivas por parte del padre.

Un hecho conmovedor en la provincia de Formosa tiene como víctima a un niño de tan solo cinco años de edadarrojado al vacío por su padre desde el tercer piso de una vivienda, que mantiene latente a la sociedad que hace fuerza por el pequeño que lucha por su vida. Los médicos anunciaron que su estado de salud es «de regular a malo» a partir de las múltiples lesiones de gravedad.

Según indicó el director del hospital de la Madre y el Niño de Formosa, Víctor Fernández, el hijo presentaba lesiones de gravedad al momento de llegar al sanatorio, tras la actitud violenta de su padre como consecuencia de una discusión con la madre del niño. En ese sentido, el médico reveló que el pequeño tenía “politraumatismos por caída de altura, fractura de cráneo, fractura desplazada de radio y cúbito de ambos brazos y contusión pulmonar”. 

El niño de cinco años continúa en terapia intensiva, con pronóstico reservado. En ese contexto, el representante del sanatorio donde permanece internado «con asistencia respiratoria mecánica, hemodinámicamente estable, no febril y con buena saturación de oxígeno». A la par, esperan por la respuesta de su sistema neurológico y están alerta a una «conducta expectante».

Aun así, tras la caída abrupta al vacío que le ocasionó serias complicaciones en la zona pulmonar, Fernández informó que el chico de identidad reservada “se observa contusión bilateral y neumotórax laminar, con regular a mal estado general y con pronóstico reservado”.

Según mencionó el experto a la agencia de noticias Agenfor, informó que «se le efectuó tomografía de cerebro, tórax y abdomen y las interconsultas correspondientes con los especialistas en traumatología, cirugía y neurocirugía y se decidió su derivación inmediata a la Unidad de Cuidados Intensivos Pediátricos (UCIP) del hospital”.

El médico ratificó que el pequeño de cinco años tuvo que ser operado, un día después del hecho, de «ambos brazos» por las fracturas expuestas sufridas por la violencia del impacto. Además, debió ser intervenido quirúrgicamente con suturas en su rostro «debido a los múltiples cortes que presentaba en la zona».

Según familiares del nene, el agresor es «esquizofrénico»

La mañana del pasado domingo amaneció convulsionada en la calle Fotheringham al 1700, perteneciente al barrio formoseño La Pilar. Aún restan aclarar los motivos, pero la conjetura que más tomó relevancia a partir de las declaraciones de la madre del niño, tiene que ver con una discusión que mantuvo con el padre del chico.

En ese sentido, la mujer declaró a los efectivos policiales que el hombre sujetó a su hijo, lo levantó y lo arrojó al vacío desde un tercer piso, impactando con gran fuerza en la vereda. Las autoridades de la Zona Uno del Comando Radioeléctrico Policial llegaron al lugar y el agresor aún se encontraba en las alturas, mientras que su hijo permanecía en el suelo gravemente dañado.

Los familiares de la víctima comenzaron a testimoniar sobre la conducta del padre del chico. La defensa de la madre y abuela del niño, Ariel Urbieta, aportó datos acerca de la conducta del agresor con antecedentes por violencia familiar. En esa línea, se hizo el pedido formal en abril de este año para que se le aplique una restricción de acercamiento a la familia.

El hombre, con identidad reservada, permanece internado en el Área Psiquiátrica del Distrital 8 de la ciudad de Formosa, y según testimonio de los familiares del chico, el atacante sufría problemas respecto al «consumo problemático de sustancias», además de padecer «esquizofrenia», un severo trastorno mental.

En diálogo con Radio Formosa, el abogado Urbieta ratificó que el agresor «es una persona que no podía estar en un ambiente normal como lo es el de la familia que ya venía soportando muchos hechos violentos», y que, a raíz de los actos violentos, se le iniciaron denuncias penales. En esa línea, el letrado contó que la justicia omitió el pedido de internación, y que luego de una respuesta pasado los tres meses de la petición, nunca hubo una solución al respecto. 

El abogado contó que hubo un primer episodio de violencia familiar, cuando el agresor se encerró con el niño de cinco años, y luego de ese suceso, el hombre fue internado y a los tres meses recibió el alta médica. Sin embargo, las conductas agresivas se incrementaron tras una recaída y que las actitudes fueron cada vez más violentas, con amenazas con armas blancas y de muerte; y esas condiciones determinaron el regreso a una entidad de asistencia psiquiátrica.

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En ese sentido, Urbieta acusó a los jueces de no dictar ninguna medida para frenar el avance violento del hombre, a pesar de los informes psicológicos y psiquiátricos al alcance de la mano que podían haber evitado el reciente hecho de violencia. «Ellos determinan que podía cumplir con las obligaciones como padre», enfatizó el abogado tras el contacto del agresor con su hijo menor de edad, a lo que les exigió más «seriedad y compromiso» en este tipo de casos.

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