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Dos abogados intentaron pasar celulares a sus clientes presos

Un agente penitenciario trató de ingresar 17 teléfonos celulares en la cárcel de Coronda, en Santa fe. Pero no fue el único caso: pocos días antes, dos abogados intentaron ingresar teléfonos en la cárcel de Piñero.

La semana pasada, los escaners en la cárcel de Piñero, sur de la provincia de Santa Fe, detectaron cómo dos abogados particulares –no fueron defensores oficiales- intentaban introducir teléfonos celulares para sus clientes detenidos en ese penal. Uno de ellos, perteneciente a la matrícula de la ciudad de Rosario. El otro, de Venado Tuerto.

Así lo reveló el secretario de Asuntos Penitenciarios de la Provincia, Walter Gálvez, quien detalló que el primero de los abogados llevaba un teléfono oculto, mientras que el otro profesional llevaba dos aparatos sin declarar.

Según explicó el funcionario, en ambos casos los abogados declararon en el ingreso a la cárcel que contaban con su celular particular, pero al atravesar por los sistemas de escaners se detectó que llevaban otros teléfonos. «Cuando se los detectó, dijeron que se habían olvidado de declarar los otros aparatos», mencionó.

«Veremos si en ese celular encontramos información que explique por qué motivo este penitenciario tomó la decisión de llevar todos esos elementos en su mochila, sabiendo que funcionan los escaners. Apenas fue detectado, sucedió lo de siempre. Comenzó a llorar, a decir que estaba arrepentido y que lo hacía por una cuestión de necesidad», explicó Walter Gálvez.

«Sabíamos que tarde o temprano iba a pasar lo que pasó. Vivimos un momento de tensión porque, evidentemente, existía todo un circuito aceitado para introducir estos elementos en las cárceles. Queda claro que, al menos en parte, la tecnología nos está permitieron cortar un gran negocio, pero sabemos que hay que seguir trabajando en este sentido», añadió.

– ¿Creen que este penitenciario esperaba encontrarse con un compañero cómplice que no lo controlara al ingresar a la cárcel?

– «No lo sabemos y por eso esperamos para ver qué encontramos en el celular de este agente. Pero en este caso llamó la atención que no estaba en la fila de ingresos de los agentes penitenciarios, sino que ingresó en un horario diferente. Tal vez pensó que al entrar en un horario distinto -llegó dos horas después aduciendo un problema personal- pensó que no lo iban a controlar».

Con los escasos elementos reunidos hasta ahora, Gálvez no cree que este agente haya sido amenazado por alguno de los detenidos y que, por ese motivo, haya tomado la decisión de llevar estos celulares en su mochila. «No creo que sea así. Estamos viendo algunas situaciones burdas porque algunos no creen que el sistema de escaners esté funcionando correctamente», sostuvo.
El funcionario consideró que los próximos gobiernos deberían profundizar este proceso de incorporación de tecnología en las cárceles: «Habrá que seguir trabajando para generar circuitos distintos de ingresos a las cárceles. Por un lado los empleados, y por otro las visitas. También habrá que colocar escaners en todos los centros de detención y no solo en las unidades más grandes de la provincia».

«La verdad es que muchos empleados están contentos con estos cambios y esperan que los corruptos caigan», agregó.

Voceros de la investigación señalaron que, una vez que quedó en evidencia, el agente que llevaba los 17 celulares intentó convencer a sus compañeros de que no lo denunciaran, pero no logró su objetivo. Las autoridades del Servicio Penitenciario iniciaron un sumario interno para darle forma legal al pase a disponibilidad del agente. (Fuente: Aire de Santa Fe)

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