La Justicia santafesina condenó a tres años de prisión condicional a una empleada doméstica que le robó los ahorros de toda una vida a una mujer de 80 años.
El botín rondaba los u$s 100.000 y con ellos la mujer se compró un auto, un viaje a Disney, le festejó los 15 a su hija, adquirió muebles y electrodomésticos, refaccionó la casa y hasta hizo un plazo fijo por 190 mil pesos. El hecho en cuestión sucedió en 2016 y recién ahora tiene su condena.
La anciana guardaba el dinero en la puerta de su placard que siempre tenía con llave. Notó la ausencia de sus ahorros cuando fue a buscar efectivo para hacer un pago.
De acuerdo a lo declarado por la dueña de la casa, la sospecha fue casi automática hacia la empleada que trabajaba para ella hacía dos años. Era la única que tenía la llave del departamento.
Crecimiento. ”Era una mujer muy humilde y empezó a tener un nivel de vida muy alto: compró autos, le pagó un viaje a Disney a su hija. Los bienes fueron decomisados, pero no alcanzan ni remotamente a los 100 mil dólares del hurto», explicó el abogado querellante, Héctor Superti, a Cadena 3.
La víctima de este robo le había propuesto en su momento a la mujer que devolviera toda la plata y no procedería con la denuncia.
No obstante, la acusada ya la había gastado toda para ese entonces.
«Todo lo que necesitabas te lo di. Con la confianza que te tenía ahora me dejás en la calle. Vos te divertiste y yo me jodí trabajando toda la vida como un animal», le dijo la mujer de 80 años. Fue la hija de la damnificada por este robo quien realizó la denuncia.
La Justicia procedió con un juicio abreviado en el que la empleada reconoció que entre abril de 2014 y noviembre de 2016 utilizó la copia de la llave del placard para llevarse 90 mil dólares y 180 mil pesos como un «robo hormiga”. A pesar de tener condena, no irá presa.
Investigación. La reconstrucción del hurto se hizo sin prueba directa, sólo a raíz de indicios, e implicó el decomiso de algunas cosas adquiridas.
La causa se desentrañó por el estudio de la situación económica de la empleada.
La fiscal Juliana González y los querellantes Héctor y Sabrina Superti trazaron una línea histórica sobre la vida de Natalia antes de trabajar en esa casa, se detiene en el período en el que trabajó ahí y cuando cesó la relación laboral.
Así se determinó es que durante el tiempo que se desempeñó allí su condición patrimonial y adquisitiva se modificaron sustancialmente.
Las experiencias ingratas oprimen los recuerdos de los que la pasaron mal y dejan su marca.
Como a su familia le retuvieron por meses todos sus ahorros en el corralito,
Dora decidió pasar la plata al placard de su cuarto y llevar siempre la única llave dentro de su bolso de mano.
¿Cómo llegó esa llave a Natalia? Eso quedó sin establecer pero la familia presume que en un descuido, dado que la confianza en la casa hacia ella era total, consiguió hacer una copia.
Rutina. Natalia llegaba a la mañana, Dora se iba al negocio a las 10.30 y se quedaba allí hasta las 14. Todos los días igual de lunes a sábado.
En esos largos ratos se fue armando el robo hormiga. Hasta que un día Graciela, hija de Dora, necesitó dinero. Fueron a abrir el bolso pero adentro había un pequeño neceser vacío: «Sólo había gomitas».
En el bolso mayor se encontraron unos $ 20.000 desordenados. Faltaban $ 180.000 (al cambio oficial de ese momento 11.500 dólares) y 90 mil dólares en billetes.
Fuente: iProfesional
