La policía de Kenia no sale del asombro luego de descubrir un total de 21 cadáveres en las presuntas tumbas de una secta cristiana. El macabro hallazgo se produjo en el bosque de Shakahola, en las afueras de la ciudad costera de Malindi. Entre los cuerpos encontrados había niños y no descartan encontrar más personas sin vida.
El líder de la secta, Paul Mackenzie Nthenge, está siendo investigado tras haber sido arrestado según informó la BBC. Según las primeras hipótesis, Nthenge le dijo a sus seguidores que debían dejar de comer para “conocer a Jesús” como parte del culto de Kilifi.
Titus Katana, ex miembro de la iglesia, colaboró con la policía para identificar las tumbas. “Le hemos mostrado las tumbas a la policía, y además, le hemos salvado la vida a una mujer a la que le quedaban pocas horas, de lo contrario también estaría muerta”, dijo Katana a Citizen TV.
Otros once seguidores de la secta, siete hombres y cuatro mujeres de entre 17 y 49 años, fueron trasladados al hospital, tres de ellos en estado crítico. “Ni siquiera hemos arañado la superficie, lo que da una clara indicación de que es probable que obtengamos más cuerpos al final de este ejercicio”, fue el testimonio de una fuente de la investigación.
Mackenzie, acusado de alentar a los papás de dos nenes a morir de hambre y asfixiar a sus hijos hasta la muerte, había quedado en libertad bajo fianza pero volvió a ser arrestado el 15 de abril después de que se descubrieran más cuerpos. Por estos días, comenzó una huelga de hambre desde la cárcel y está previsto que comparezca ante el juez el 2 de mayo. Por su parte, seis socios de Mackenzie también fueron arrestados.
Malindi es una ciudad que desemboca en el océano Índico y está a 120 kilómetros al noreste de Mombasa. La población de aproximadamente 120.000 habitantes y su principal fuentes de ingresos es el turismo.