La verdad se encuentra a la hora no ya de conseguir un empleo estable, en blanco y con todos los beneficios que marca la ley, sino de escuchar los salarios que se abonan en muchos sectores productivos y comerciales, generalmente en negro.
Esa verdad la tuvo que enfrentar un joven que se ofreció para trabajar en una heladería de Morón, en el oeste del conurbano bonaerense, donde pedían un motociclista para el delivery, con una jornada laboral de 11 de la mañana a la medianoche.
Por esas 13 horas de trabajo, poniendo incluso el vehículo propio, desde la heladería le ofrecieron 1.500 la jornada “más las propinas de los envíos”, según consta en el chat de Whatsapp que se viralizó en las últimas horas.
Como ocurre en otros rubros, por ejemplo, el gastronómico, ciertas patronales tienen la “costumbre” de incorporar las propias al sueldo, cuando históricamente representan un extra para el empleado.
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Conclusión: con esos sueldos, cómo el de la heladería por 13 horas, es hasta lógico que la gente no quiera trabajar o, mejor dicho, ser superexplotada.