Ludwig Ramsey tenía un latido constante en el ojo izquierdo, por lo que visitó a su médico de cabecera. Él le aconsejó que no se preocupara porque no era nada grave, sin embargo, era una grave enfermedad.
El británico de 64 años había ignorado las palpitaciones del ojo durante tres meses cuando el especialista le dijo que no se era nada importante.
Sin embargo, tras un examen ocular de rutina, Ludwig supo que tenía una presión ocular tres veces mayor al rango normal. Una vez derivado a urgencias, le diagnosticaron glaucoma, una enfermedad que puede causar pérdida completa de la visión.
“La presión ocular normal está entre 10 y 18, sin embargo, la mía estaba muy por encima de los 30, así que me sorprendió y me preocupé”, relató el hombre en diálogo con el medio británico Mirror.
“Fue gradual durante un período de dos a tres meses, diría yo. Comencé a sentir un dolor incómodo en mi ojo izquierdo. Durante esos dos o tres meses, se volvió casi insoportable ya que era un latido constante que comenzó a impactar mi día a día”, contó.
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Actualmente, el británico sigue un tratamiento al pie de la letra con gotas para los ojos para evitar cualquier tipo de daño mayor.