En las últimas horas se confirmó que imputaron a los padres de los cuatro niños que eran maltratados. Sucedió en Bahía Blanca, donde acusaron a los adultos de torturar a sus hijos al punto de obligarlos a comer excremento. Por la intervención del Juzgado de Familia N° 2, los menores ya no tendrán contacto con sus padres.
Estos hechos se produjeron en un domicilio de calle Coronel Vidal, barrio Villa Delfina de la ciudad del sur bonaerense. La policía llegó hasta ese lugar a partir de la denuncia de un vecino que brindó testimonio sobre la situación de los menores. Fue él quien señaló que los niños eran sometidos a torturas.
El caso ya está en manos del fiscal doctor Marcelo Romero Jardín, que investiga la situación con especial cuidado por el derecho de los menores.
Los cuatro niños que eran maltratados por sus padres -a quienes finalmente imputaron- tienen actualmente 8, 6, 4 y 3 años. Tras la agresión y por su estado de salud, pasaron a estar bajo el control y cuidado médico de la sala de Pediatría del Hospital Municipal. Por fortuna se encuentran estables y su evolución es positiva, por lo que podrían recibir el alta próximamente.
Dos de ellos estuvieron en terapia intensiva, pero pudieron salir de ese sector el viernes. Habían llegado durante la semana pasada, luego de la denuncia anónima que avisó sobre los maltratos que sufrían. Actualmente los padres, de 27 y 28 años, están imputados por el delito de abandono de persona.
Un calvario
Según la descripción del vecino que realizó la denuncia, los niños eran víctimas de golpizas constantes: “Todo lo peor les pasa a estos nenes”. Entre otras cosas, escuchó que no los dejaban ir al baño como castigo: “Por cualquier cosa los castigaban”, añadió.
Luego describió la situación vivida por los niños -según lo que pudo oír- la noche anterior al rescate: “Primero metió al varón en agua helada. Tenía los labios morados cuando cayó la policía”, dijo y agregó: “Todos los días era una tortura tras otra”.
“Si no venía la policía iba a ir a romperle la puerta. Le decía a la nena que se comiera la caca, por eso le encontraron excremento en la boca”, señaló.
Contó que el padre intentó justificar los síntomas de hipotermia de los niños aduciendo que su hija tiene epilepsia. Tras rechazar eso, explicó: “La tuvo una hora y pico debajo del agua fría. Encima el tipo le gritaba que se comiera la caca. La cagó a palos, le pegaba en las piernas y en la cola. Después de eso la quiso meter adentro porque no paraba de temblar y la terminó intoxicando”. Dentro de la casa, el hombre prendió leña y esto le provocó un paro cardíaco.
El hombre que relató los hechos contó también que fue su esposa la que llamó al 911 al escuchar los gritos de los niños. También advirtió que jamás escuchó a la madre interponerse, sino que la oyó alentar al padre ante los castigos que propinaba.
“No hablaban con nadie, ni saludaban a nadie en el barrio. Era como que no querían que nadie se meta en su casa”, señaló sobre sus vecinos al finalizar.
Fuente: La Brújula 24.