La caída del consumo no perdona a ningún sector del mercado doméstico. A pesar de la desaceleración del índice inflacionario, las ventas bajan y muestran números en rojo. Ocurre, por ejemplo, en los supermercados y autoservicios, que tuvieron un desplome del 7,5% interanual en marzo y se hundieron el 5,1% en el primer trimestre de 2024. El dato, publicado en un informe privado, mostró también que la peor parte se la llevaron las bebidas con alcohol.
Este rubro, que incluye el vino, la cerveza, aperitivos y bebidas espirituosas, presentó una caída del 13,1% interanual durante el tercer mes. Así se convirtió en uno de los tres con mayores bajas entre todas las categorías que componen el relevamiento de la consultora Scentia. Quedó por encima de productos de higiene y cosmética (-11,2%) y debajo de bebidas sin alcohol (-16,9%).
«Es la continuidad de lo que venimos viendo desde 2023. La pérdida del poder adquisitivo impacta en las bebidas con alcohol más que en otros sectores», analizó Daniel Rada, director del Observatorio Vitivinícola Argentino, al ser consultado por Crónica. «Cuanto más se profundice la caída del ingreso real de los consumidores, mayor será el efecto que tengamos en esta categoría», agregó.
A partir de los datos de marzo difundidos por Scentia, las bebidas con alcohol cerraron el primer trimestre con una baja del 11,7% contra igual período del año pasado. Detrás se ubicaron higiene y cosmética (-8,1%) y bebidas sin alcohol (-6,9%).
Para el sector vitivinícola, el panorama negativo viene de arrastre desde 2023; un año que comenzó con una cosecha magra y terminó con una fuerte caída de ventas, tanto en el mercado interno como el externo.
Según cifras del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV), las bodegas locales vendieron 775,2 millones de litros de vino durante 2023, lo que dejó como resultado un desplome del 6,3% en comparación a los 827,6 millones de litros que habían vendido en 2022. De un año al otro, los argentinos dejaron de consumir 52,4 millones de litros de esta bebida.
En el caso de la cerveza, el consumo per cápita quedó ubicado alrededor de 39,60 litros por persona durante 2023, de acuerdo con un relevamiento privado.
«El vino tiene menos grado de libertad en cuanto a precios para pelear contra la caída del poder adquisitivo. Nuestro principal competidor, que es la cerveza, tiene mayores herramientas porque es una cadena más simple y con menos actores, donde una estrategia de precios permite mantener el volumen de ventas», explicó Rada. «Este escenario pone a las bodegas muy al límite de la rentabilidad. Para colmo, no hay modificaciones en el tipo de cambio que nos hagan pensar que es más rentable colocar vinos en el exterior. Eso termina de configurar un panorama preocupante», admitió.
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A futuro, la situación parece difícil de revertir para el sector de las bebidas con alcohol. La caída del consumo privado podría rondar el 8% durante este año, según estimaciones de la consultora Abeceb, y la pérdida del poder adquisitivo de los argentinos será mayor que la caída del salario producto del reacomodamiento, entre otras cosas, de las tarifas de luz, gas, agua, transporte público y combustibles.