La imagen de los sobres de queso rallado y una lata de atún cerrados dentro de un estuche de plástico con un precinto antirobo, resultaron chocante para los consumidores que tomaron la foto y la subieron a las redes.
Luego aparecieron los quesos frescos con alarma y la carne con precinto, imágenes de una Argentina que reitera este tipo de actos a un ritmo acelerado y comienza a dar señales de preocupación.
La variación de precios que han sufrido algunos productos de consumo masivo marca el comportamiento de la inflación y explica las razones por las que los comerciantes deciden reasegurar sus productos.
En el caso del queso rayado, el kilo hoy se comercializa a $846 pesos, el equivalente al 10 % de una jubilación mínima, calculó un economista consultado por el diario La Ciudad de Buenos Aires.
La carne en algunas provincias argentinas ya ha tocado los $400 pesos el kilo, mientras que una lata de atún de 150 gramos, ya superó la barrera de los 100 pesos.