Crecen las diferencias entre Mauricio Macri y Javier Milei en una semana clave para el futuro del PRO. Encaminado a reasumir como titular de su partido, al expresidente cada vez le cuesta más esconder su malestar con el libertario.
Según pudo saber TN, Macri considera que Milei le da un gran apoyo a nivel institucional y valora que hable bien de él en público, pero -puertas adentro- no esconde su disgusto con el libertario por no hacer “nada” de lo que le sugiere.
Las diferencias con el líder de La Libertad Avanza aparecen en un momento clave para el futuro del PRO: todo parece indicar que Macri volverá a ser elegido este martes 19 como máxima autoridad del partido en unas elecciones que exponen su interna con Patricia Bullrich, quien presiona para lograr el 50% de los lugares en la lista y conservar su influencia.
Hace unos días, ambos dirigentes coincidieron en la megamuestra del campo Expoagro el mismo día y hora, pero no se saludaron ni estuvieron juntos en los mismos espacios para evitar una foto.
Pero Macri no es el único dirigente que molesto con Milei. Si bien en la Casa Rosada buscan minimizar la pelea con Victoria Villarruel de la semana pasada, tildándola de “invento del periodismo”, lo cierto es que el cortocircuito existió, y que fue muy fuerte, tanto en público como en privado. La intención del primer mandatario es clara: evitar a toda costa que se genere una situación como la de Alberto Fernández y Cristina Kirchner, lo que provocaría más problemas de gobernabilidad.
Tras una semana de furia por la interna con la Vicepresidenta y otro traspié con el DNU, Milei mantuvo sábado y domingo varias reuniones en la Quinta de Olivos con su hermana Karina, con Santiago Caputo y con algunos ministros de máxima confianza. El jefe de Estado festejó porque, a pesar de los indicadores económicos, las encuestas le siguen dando un 50% de apoyo.
Además, avaló a José Luis Espert, quien había convocado a una “rebelión fiscal” en la provincia de Buenos Aires contra el gobierno de Axel Kicillof. No solo lo hizo internamente sino en público, abriendo la puerta con sus declaraciones públicas a que los bonaerenses decidan no pagar los impuestos.
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En tanto, Guillermo Francos y Nicolás Posse, ministro del Interior y jefe de Gabinete, continuaron con sus contactos con radicales y gobernadores para alcanzar un consenso alrededor de la Ley Ómnibus y evitar sufrir otro traspié. En el Gobierno saben que cada fracaso legislativo lesiona más y más el Talón de Aquiles de Milei, ese que preocupa a los sectores del poder que apoyan su plan económico, pero que tienen dudas sobre su instrumentación: la gobernabilidad.