Volodimir Zelenski, presidente de Ucrania, afirmó este viernes que la ciudad de Mariúpol sigue resistiendo los ataques rusos. Esto ocurre en pleno plazo de la oferta rusa de una tregua en la zona industrial de Azovstal, último foco de la defensa de las fuerzas ucranianas en la ciudad.
En las últimas horas, el presidente ruso Vladimir Putin celebró la supuesta liberación de la ciudad portuaria; no obstante, unos 2.000 soldados ucranianos siguen en la trinchera del complejo industrial. En ese lugar también hay presencia de refugiados civiles.
Por este tema, Zelenski aseguró que la batalla continúa. “En el sur y en el este de nuestro país, los invasores continúan haciendo todo para tener un motivo para hablar de al menos una victoria”, criticó por medio de un video.
Y siguió: “Solo pueden retrasar lo inevitable: el momento en que los invasores tendrán que dejar nuestro territorio, particularmente Mariupol, una ciudad que continúa resistiendo a Rusia a pesar de todo lo que dicen los invasores”.
Como respuesta, Putin sostuvo que el gobierno ucraniano impide a los ocupantes de la planta entregar las armas para salvar su vida. Esta actitud fue señalada por el presidente ruso como “irresponsable”, indica Télam.
Tire y afloje
Rusia tiene interés en este sector de Ucrania debido a que le permite crear un corredor entre la anexionada península de Crimea y los territorios de Donetsk y Lugansk. Esta región es parte del este del Donbass, con lo que el ejército ruso seguiría avanzando sobre el territorio ucraniano.
Pavlo Kirilenko, gobernador de la región de Donetsk, aseguró que el esfuerzo ruso está concentrado en Mariúpol, en donde los bombardeos continúan. De todas maneras subrayó que mientras tengan municiones seguirán resistiendo. En el lugar apenas tienen comida, agua o medicinas esenciales, según dio a conocer el Ministerio de Relaciones Exteriores.
Por esto último es que las autoridades ucranianas solicitaron un corredor humanitario para permitir la salida de civiles y combatientes heridos. En contrapartida, Putin ordenó un asedio externo a la acería de Azovstal para evitar un asalto final que derive en numerosas bajas.
Con todas estas cuestiones en contra, el último bastión ucraniano de Mariúpol sigue resistiendo y de eso se toma el presidente Zelenski.