“Ahora todo se controla por computadora”, una frase que suelen repetir los adultos mayores y que en muchos aspectos tiene validez. Esta vez, un sistema informático falló y murieron más de 27 mil gallinas de una forma muy cruel.
Todo ocurrió en el 2020 cuando la empresa Hudson and Sanders Limited tenía a su cargo el control de Hose Lodge Farm, una granja avícola ubicada en el pequeño pueblo de Colston Bassett en el Reino Unido.
Había en el lugar alrededor de 50.000 pollos cuando los sistemas que regulaban la ventilación fallaron matando a más de la mitad de los animales. «Las entradas en el costado del edificio se cerraron durante un período de descanso para las aves en la tarde, pero otro sistema de ventilación del túnel no se abrió, creando una unidad sellada«, explicaron en el marco de la audiencia que se llevó a cabo en el Tribunal de Magistrados de Leicester la semana pasada.
El día estaba cálido, por lo que rápidamente comenzó a subir la temperatura en el galpón de engorde. Las aves no podían refrescarse debido a la falla de ventilación, causándoles estrés por calor, sufrimiento innecesario y muerte.
Por qué nadie notó la matanza de gallinas
Tenían otra medida de seguridad que consistía en una alarma para alertar sobre los aumentos de temperatura, pero tampoco funcionó bien, ya que en vez de sonar a los 27°, lo hizo a los 37°.
En el momento del accidente, el encargado de la finca estaba de licencia, pero como vive en el mismo predio, al escuchar el aviso sonoro concurrió hasta el cobertizo. En el lugar debía estar un gerente de relevo proporcionado por Hudson and Sanders Limited, pero éste había abandonado su puesto para tomar un descanso.
Condenaron a la empresa a pagar una multa por matar a sus gallinas
Tras el incidente, el Servicio de Normas Comerciales del Consejo del Condado de Leicestershire procesó a Hudson and Sanders Limited después de que las aves murieran y finalmente la semana pasada fueron condenados a abonar una multa de 44.000 libras esterlinas más los costos del consejo por más de 12.000 libras.
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El consejo del condado argumentó que el delito se agravó porque un veterinario de la Agencia de Sanidad Animal y Vegetal visitó la granja en noviembre de 2019 y expresó su preocupación por la falta de personal o un plan de ventilación.