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“Ojalá ninguna otra mujer pase por lo que pasé yo”

“Ojalá ninguna otra mujer pase por lo que pasé yo”. Con esas pocas palabras, la modelo y actriz uruguaya Natalia Camilo se disculpó y prefirió no hablar de los seis años que vivió con Nicolás Albarracín, el jugador que acaba de contratar Patronato y al que denunció por violencia de género.

Natalia Camilo fue contactada para confirmar el estado de la causa judicial que involucra al jugador y que, según el presidente de Patronato, se encuentra cerrada. La modelo confirmó que ella, como denunciante, prefirió no avanzar en el trámite, ni  hacer reclamos de ningún tipo, para evitar el dolor que le produjo aquella etapa de su vida. Sin embargo, no descartó poder reabrir el expediente en caso de que sea necesario.

La historia

Albarracín y Camilo convivieron seis años, parte en Montevideo -mientras él jugaba en Wandereres- y algún tiempo en Colombia, en tiempos en que el jugador firmó contrato con Deportivo Cali.

Cuando se conocieron, ella había terminado una relación con el padre de sus dos hijos, otro conocido jugador de fútbol uruguayo. Todo parecía idílico al comienzo, hasta que aparecieron las primeras escenas de violencia, que Natalia reconoció en varias entrevistas, simplemente naturalizó.

Con el correr del tiempo, las situaciones se fueron repitiendo y aumentando en el grado de violencia. De los gritos, pasaron a los tirones de pelo, empujones, y la rotura de elementos de la casa. Más tarde, vinieron los escupitajos, las acusaciones y los golpes, que un día quedaron grabados en un video que se viralizó en Uruguay y Argentina.

El trabajo de Natalia, una vedette que hacía roles de mucha exposición física en teatro y televisión, provocaba la reacción de Albarracín y terminaba casi siempre en agresiones. Así quedó demostrado también en los mensajes que la propia actriz publicó un tiempo más tarde en su cuenta de twitter.

El escándalo público fue tan grande que el propio club rescindió el contrato del jugador y debió emigrar a México, donde fue contratado por un equipo del ascenso. Más tarde, Albarracín pudo volver a Uruguay para jugar en Plaza Colonia, un club de la segunda división del fútbol uruguayo.

Ahora, mirando atrás y con Albarracín a muchos kilómetros de distancia, Natalia Camilo solo atina a concentrarse en su trabajo y sus hijos y desear que la historia no se repita.  “Ojalá a ninguna otra mujer le pase lo que pasé yo. Que se den cuenta a tiempo como dí cuenta yo y puedan denunciar para poder contarlo”.

https://www.entremediosweb.com/v2/patronato-sobre-jugador-el-denunciado-queremos-darle-otra-oportunidad/

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