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Paraná Campaña: detalles de terrible caso de abuso

Paraná Campaña. El fallo califica de “aberrante” el caso donde un padre, abusó de su hija, en la casa y en la Radio Municipal de Hasenkamp

Revelan pormenores de aberrante caso de abuso de adolescente en Paraná campaña. El fallo califica de “aberrante” la conducta de un padre, que abusó sexualmente de su hija, entre sus 14 y 17 años, en la vivienda y en la Radio Municipal de la localidad. El hombre tenía buena reputación social en Hasenkamp

Un hombre de Hasenkamp -Paraná Campaña-, docente tallerista y locutor, que ejerce la docencia en una escuela de una localidad cercana; está por estos días concurriendo periódicamente a la Comisaría de su ciudad para acreditar residencia y seguir estando a derecho. Así será hasta que quede firme la condena de 15 años de prisión impuesta por los delitos de “Abuso sexual gravemente ultrajante agravado por el vínculo y por el aprovechamiento de la situación de convivencia previa«.

La sentencia, a lo largo de 251 páginas enumera, ratifica y analiza las tremendas vivencias a la que una de las hijas del culpado fue sometida.

Paraná Campaña: El caso

El caso de abuso sexual que se trata en la localidad de Hasenkamp, Paraná Campaña, enumera: Tocamientos y penetración reiterada entre el 2014 y 2017 -cuando la víctima tenía entre 14 y 17 años-, llevaron a que la misma se fuera de la casa y busque refugio junto a su madre no conviviente (quien en ocasiones previas había descreído la veracidad de los dichos o se habría mantenido al margen)

 Actitudes propias al sometimiento despertaron las sospechas: “Cuando vino a vivir a casa, vivía llorando, se despertaba y lloraba, y no comía; por eso la llevamos a un médico y a una psicóloga”. Luego, el cuadro de “tristeza, angustia e ideas de muerte” de la adolescente, llevaron a la interconsulta con una psiquiatra.

El apoyo y contención incondicional del novio de la víctima, fue fundamental para que la chica se anime a contar su verdad y llevar los hechos primero a un consultorio profesional y luego a la justici. El gesto de su pareja es de destacar, habida cuenta que la psiquiatra incluso hace saber que está tratando la problemática que los abusos le causaron, ya que en los encuentros con su novio se le reflejan los ataques sexuales de su padre. Quienes tratan su salud mental, llegaron a decir que “no puede sentir el olor a alcohol, porque la remonta a cuando su padre llegaba alcoholizado y abusaba de ella”.

La propia víctima aludió que “la terapia la ‘ayudó un montón’, que la hizo enfrentar muchas cosas, que la ayudó en su relación con su novio”.

La sentencia

La sentencia revela que la adolescente “tenía miedo de salir a la calle, porque a M. lo tienen como buena persona, nadie le creía por cómo se portaba con la gente del pueblo, que lo tiene como el ‘gran papá que salvó a sus hijas’” e incluso su entorno familiar llegó a calificarlo de “héroe”, durante las audiencias.

Buscando siempre sostener la reputación social y temiendo por una eventual denuncia, “su padre le hizo grabar un audio, diciendo que todo era mentira y le hizo mandar un mensaje a su tío de igual tenor”, revela el expediente. También incurrió en infundar extremo temor en la chica, quien sostuvo que “el padre siempre la amenazaba –a ella y sus hermanas- con que las iba a ingresar a un Instituto de Menores de Paraná Campaña”.

La afectada pudo dar cuenta “de los sucesos de agresión sexual, relatando la progresividad de los mismos (tocamientos primero y luego penetración)”; dejando en claro que “sus hermanas estaban presentes durante esos actos de su padre”, sostiene la sentencia.

Los vocales entendieron que ello “implica una degradación o humillación mayor que la que producen los abusos simples”.

De hecho, el testimonio de la psicóloga -con absoluto compromiso para con el objetivo que persigue la justicia-, revela que entre otras intimidades, que el abusador le decía “que lo calentaba; después le pedía perdón, que lo entendiera, que no lo iba a hacer más, pero volvía a hacerlo; le pedía que se comprara lencería erótica, le decía cómo tenía que hacer”. Llegaba M. incluso a justificarse en que “lo hacía porque él estaba solo”.

Durante esos años, el condenado limitaba las posibilidades de socialización de su hija en ese pueblo de Paraná Campaña, recordando ésta que “ella no podía recibir ningún mensaje en las redes, ni nada, porque, cuando él encontraba algo, a la noche le hacía tener relaciones con él”.

En el análisis, uno de los peritos refiere a la versión del imputado como “egocéntrica, en la que se pone como salvador de sus hijas” y que “cosifica a la víctima”.

La investigación

La justicia pudo determinar que la menor develó los hechos por primera vez a sus 16 años, pero el seno familiar paterno actuó en el sentido equivocado.

Así, en el fallo se analiza que “la víctima fue cuestionada, fue juzgada por cómo haber sido capaz de hacer lo que hizo, a nadie le importó ella, ni lo que había vivenciado ni lo que había sufrido. Toda la familia M. formó un bloque, se organizó, en palabras textuales de M. ‘para ver cómo iban a actuar ante un hecho que los aplastaba como familia y los descolocaba’.

La decisión fue clara: hacerle el vacío, desconocerla, repudiarla totalmente, generar en la misma repulsión.

Además, era reconocer que el nombre de la familia M., una familia reconocida en ese pueblo de Paraná Campaña, se vería expuesta en tela de juicio, por lo que la actitud más fácil fue la negación”.

A lo largo de la Investigación Penal Preparatoria no se dejaron aristas sueltas, sino que la justicia propició que se reuniera un cúmulo de probanzas: testimonios, informes de profesionales de la salud, periciales informáticas sobre chats de whatsapp, secuestros mediante allanamientos, periciales forenses, entre otros..

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