Presionado por el Sindicato de empleados de comercio, los propios comerciantes y la necesidad de recuperar la alicaída recaudación municipal, el intendente Adan Bahl habilitó a partir de este miércoles la actividad mercantil en Paraná para casi todos los rubros.
La virtual megaflexibilización de la cuarentena incluye la disposición de un protocolo elaborado por el municipio y aceptado por los comerciantes que, a simple vista, parece de muy difícil cumplimiento.
Según el decálogo, los locales deberán abrir de corrido y durante la siesta, un horario atípico, probado y fracasado en Paraná. Tendrán que garantizar una cantidad máxima de clientes por metro cuadrado y exigirán tapaboca a cada persona que ingrese a comprar.
Se dispuso también una “recomendación”, de concurrencia por terminación de DNI: los lunes, miércoles y viernes los finalizados en número par, y los martes, jueves y sábados los finalizados en número impar. Se trata de otro aspecto de difícil aplicación por parte de los comerciantes que, tendrían que supeditar una venta a los documentos del comprador.
Peluqueros. En el caso de los peluqueros, manicuros, depiladores, barberos “y afines”, la gestión Bahl dispuso que “a concurrencia de los clientes a los salones deberá realizarse sólo con turnos acordados con antelación y con la presencia de no más de dos clientes por hora”.
“Las empleadoras y los empleadores deberán asegurar que no se supere la relación de una persona por cada cuatro cuatro metros cuadrados dentro del local con las disposiciones del Protocolo Sanitario que el Municipio prevé”. Hasta última hora de este martes, los peluqueros no habían recibido el protocolo municipal.
Economía. Durante los anuncios de la apertura comercial, el intendente Bahl reconoció que la medida se toma, en gran medida, porque “la pandemia y el aislamiento social han impactado negativamente sobre la actividad de varios sectores“. Y destacó: “el esfuerzo que supone para muchas empresas continuar manteniéndose en pie y seguir honrando salarios y gastos fijos, sin recibir ningún tipo de ingreso”.
Aunque no lo dijo, Bahl priorizó también con esta decisión, la intención de recuperar la recaudación del municipio que a duras penas le permite seguir brindando los servicios básicos. La administración municipal sufrió una fuerte caída en el pago de impuestos y una retracción de los montos de coparticipación nacional, en una cifra estimada en 140 millones pesos.
Empleo. En el mismo sentido, el secretario General del Sindicato de Empleados de Comercio, Daniel Ruberto destacó que “es vital de supervivencia para los empleados de comercio porque estamos hablando de la fuente de trabajo entre 1500 y 2000 trabajadores y vital para la supervivencia de este pequeño comercio o pyme porque son una energía vital en la vida de la ciudad ya que dinamizan su economía”.
De la redacción de Entremediosweb