Los uniformados debieron solicitar apoyo, en tanto que se vieron obligados a utilizar las armas para disuadir a los violentos que les comenzaron a arrojar piedras y palos.La violenta situación avanzó por varias cuadras, y según trascendió, cerca de 100 personas decidieron intentar ayudar a los ocupantes de la camioneta, que era conducida por un joven, cuyo padre está vinculado a hechos de inseguridad.