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Por un homicidio, buscan al padre de un jugador de Patronato

El prófugo está acusado de haber matado a un canillita.

«El señor festeja!! Pero no entrega al padre asesino que tiene!!!! Encubridores!!! Ratas!!! Todos de la misma rama. Julio Rafael Mosevich asesinooooo». El posteo en la cuenta de Facebook de Agustina es muy fuerte y está acompañado con una foto de un jugador de Patronato de Paraná, celebrando el histórico título de Copa Argentina, obtenido hace unos días nomás tras el triunfo ante Talleres.

Agustina es hija de Enrique Omar De Vita (49), un canillita de Lomas de Zamora que fue asesinado el viernes 5 de febrero del año pasado. El principal sospechoso y aún prófugo es Julio Rafael Mosevich (48), padre de Leonel (25), defensor del equipo ganador de esa copa nacional.

«Y nosotras???? CUANDO VAMOS A TENER JUSTICIA!!!! Ya estoy podrida, cansada!!! Ellos festejan, ellos se ríen, ellos son felices y nosotros, la familia.. llorando todos los días la pérdida de mi papá!!! JULIO MOSEVICH se adueñó de su vida y se la quitó de 5 disparos en menos de 3 minutos!!! SANGRE FRÍA, CAGON, COBARDE, xq x la espalda cualquiera es canchero!!! Solo queremos que su familia aporte a la causa, que denuncie si saben dónde está, que lo entreguen!!! Que ayudennn!!! SE BORRARON, NO AYUDARON!!! Se niegan, esconden, ensucian. Nada bueno hacen. QUEREMOS JUSTICIA POR FAVOR!!!», agrega en otro texto la hija de la víctima.

La historia

«Cuántos mates, risas, momentos vividos…», decía un cartel que los vecinos pegaron en el puesto de diarios de Olmos y Bustos, en el barrio Villa Independencia, de Lomas de Zamora. Esa parada, hacía más de 20 años, era el punto de encuentro con Enrique, el diariero del barrio.

Fue brutalmente asesinado, mientras trabajaba, y por el crimen buscan al ex de su novia. La principal hipótesis es que se trató de un femicidio vinculado, que lo asesinaron con la intención de «lastimar» a la mujer, con la que el canillita tenía una relación desde hacía más de cuatro años.

«Ellos tenían que estar a escondidas porque él no los dejaba. Se tenían que esconder todo el tiempo», contó Valentina, otra de las hijas de la víctima. No está claro si hubo un detonante para que el asesino decidiera atacar a Enrique.

Esa mañana, Enrique envió mensajes de texto hasta las 10.25. Poco después, Mosevich estacionó su Volkswagen Fox gris en la esquina, se bajó y le disparó.

Los testigos escucharon cinco tiros justo antes de que Enrique pudiera escapar de su puesto de diarios, el mismo que había heredado de su papá. Dos de esos disparos le impactaron en el cuerpo. Murió antes de llegar al hospital.

«Te lo voy a matar», le decía Mosevich a la madre de sus hijos para asustarla. Para De Vita, esas amenazas eran miradas cruzadas en el barrio o algunos comentarios que, de tan frecuentes, ya nadie los creía. Su familia se enteró de estos mensajes poco antes del crimen. Hasta ese momento, evitó preocuparlos.

La investigación quedó en manos de la Fiscalía N° 3 de Lomas de Zamora, a cargo de Lorenzo Latorre. Durante las primeras horas tras el crimen, se realizó un operativo de emergencia para interceptar al sospechoso en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza.

Rumbo a Portugal

Esa pista se consideró porque la víctima había hecho referencia a un pasaje que tenía como destino Portugal, el país en el que vivía, en ese momento, su hijo jugador (entre 2019 y 2020, Leonel jugó en Nacional de Madeira y Vizela). Enrique lo había mencionado porque ya tenía miedo que le hiciera algo a su pareja antes de irse.

«Fue para hacerle daño a ella, para separarlos y lo consiguió. Necesitamos que lo busquen, que lo encuentren. Tienen que estar por acá, no pueden estar muy lejos. Lo único que pido es que lo encuentren para que mi papá descanse en paz, porque a mí no me lo van a devolver», pidió, en su momento, Valentina.

El femicidio vinculado es una figura tan repetida en casos de violencia de género que está tipificado en el Código Penal. Mujeres, niñas, hombres o niños que fueron asesinados con «el propósito de causar sufrimiento a una persona con la que se mantiene o ha mantenido una relación», como lo indica la ley. Fuente: Clarín

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