En las últimas horas hubo novedades respecto a la faltante de combustible. Quien tomó la palabra fue Carlos Gold, secretario de Relaciones Institucionales de la Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos y Afines (Cecha). Señaló que prevén la normalización del suministro de gasoil para mediados de julio. Todo en medio de un paro en reclamo por más disponibilidad.
En sus declaraciones también sostuvo que el abastecimiento comenzaría a normalizarse dentro de diez días. Esto lo argumentó a partir de la llegada de los primeros barcos para regasificar y el menor consumo del sector agrícola durante ese período.
El dirigente habló con Télam y expresó que esto es un cálculo realizado sobre la base actual que contiene una duda. Esta incógnita surge respecto a qué porcentaje aportarán las petroleras del 5% adicional de corte de biodiesel autorizado por 60 días, por sobre el 7,5% establecido como nivel general.
Textualmente, Gold señaló: «Por la batería de medidas y la llegada de los barcos, creo que en diez días la situación no estaría totalmente normalizada, pero sí mucho mejor«. Dentro de las medidas hizo referencia a la suba del corte con biodiesel y los beneficios impositivos a la importación de gasoil.
Para julio se prevé la normalización del suministro de gasoil por el bajo consumo agrícola y, pese al aumento que podría tener el consumo industrial, ya estarán los barcos para regasificar.
Origen
Para el directivo, este problema comenzó en mayo de 2021 con el congelamiento tácito del precio de combustibles que duró hasta febrero. «En esos diez meses se movieron los precios: hubo un 35% a 40% de inflación y el barril de crudo se incrementó un 20%«, dijo.
Aclaró que del total del gasoil consumido en la Argentina, el 70% es de refinerías locales y el 30%, importado. Ante esta situación, las petroleras perdían dinero al importar combustible y optaron por dejar de importar antes de aumentar el gasoil.
Esta situación a su vez generó el cupo en las estaciones de servicio y el cobro adicional en caso de superarlo. Con esto crecieron los mercados secundarios que pusieron el litro de diésel entre 70 y 80 pesos más caro. Y todo se agravó porque el consumo del combustible aumentó en un 20% respecto al récord obtenido anteriormente.
