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Robaron y ocasionaron destrozos en una escuela de Paraná

Se trata de la escuela Nº81 “Osvaldo Magnasco”, la cual ya había sufrido un hecho de inseguridad dos meses atrás.

La inseguridad afectó una vez más en la escuela Nº81 “Osvaldo Magnasco” de avenida Almafuerte 1060 en Paraná, que, hace dos meses atrás, la institución había sido blanco de un hecho de inseguridad. En la comunidad educativa no alcanzaron a reponerse de los daños anteriores, que otra vez fueron víctimas del accionar de delincuentes.

“Es una mañana triste, nuevamente, porque es volver a vivir lo que ya pasamos: los destrozos y el hurto de elementos que son importantes para nuestros niños, en este caso, el comedor, que es la parte más afectada”, comunicó la directora Mónica Pelichero.

Según especificó la directiva, los ladrones se llevaron “alimentos, como medallones de pollo, hormas de queso, mantecas -que eran para la merienda de los chicos-; mercadería del quiosco escolar, que es nuestro sostén económico; más de 30 mil pesos en mercadería; una notebook gris plata marca Dell, que es la misma que se había recuperado del robo anterior; y los más costoso, la consola de sonido que se utiliza para los actos escolares”. Además, dio cuenta de los daños que ocasionaron los delincuentes: rotura de cerraduras y vidrios.

Por el robo anterior, había sido detenido un delincuente, el cual, según la información suministrada por Policía a la directora, éste se encuentra nuevamente en libertad. “El modus operandi para el robo fue el mismo que la vez anterior”, afirmó Pelichero, con lo cual, no se descarte que se trate del mismo malviviente.

“Ingresaron por el mismo sector que la vez anterior, por el lado derecho, que es lindante al comedor escolar. Entraron por una ventana que violentaron porque no tenemos rejas en todos los espacios de la escuela”, explicó la directora al fundamentar: “No tenemos los recursos económicos para poner rejas en todas las ventanas de la escuela, que es muy grande”.

“No alcanzamos a reponer nada tras el robo anterior porque todo demanda recursos económicos”, sostuvo la directora. Y remarcó: “En las escuelas públicas, todo lo que hacemos es a fuerza de pulmón, de trabajo colaborativo con la comunidad”.

En la comunidad educativa de la Magnasco no alcanzaron a reponerse del robo anterior, que otra vez fueron víctimas del accionar de delincuentes. De hecho, habían lanzado una venta de pasteles para recaudar fondos e instalar, nuevamente, el sistema de alarmas porque el otro había sido destrozado por los ladrones.

“Nada es barato y el objetivo era recaudar fondos para reponerlo, pero ahora también se suma el robo de la consola de sonido; y antes se habían robado los micrófonos. No alcanzamos a reponer lo que nos robaron, que otra vez sufrimos más daños. Es una pena porque las instituciones públicas, si bien recibimos ayuda del gobierno, no alcanza”, lamentó Pelichero.

“Todo lo que se hace con esfuerzo compartido, entre la escuela, las familias y la comunidad. Y, lamentablemente, sufrir este tipo de daños, nos pone tristes a todos. No es un daño a la directora o el equipo docente, es un daño a los chicos que asisten a esta escuela porque al trabajo lo hacemos por y para ellos”, reafirmó.

En la oportunidad, la directora de la Magnasco confirmó que está garantiza el servicio de comedor a los alumnos de la escuela. “Pese al daño, desde Comedores Escolares siempre se habilitan los medios para que, de una u otra manera, los alumnos reciban hoy su almuerzo y el personal de cocina ya están trabajando para ello”, destacó y agradeció la presencia de supervisores escolares y a efectivos policiales que investigarán el robo.

A la Magnasco asisten 415 alumnos en los niveles Inicial y Primario. “Somos los docentes los que ponemos el hombro a la escuela para que, cada día, esté lo que falte; lo conseguimos y no pensamos en qué hicimos, simplemente, lo hacemos porque elegimos esta carrera, porque es la profesión que amamos y porque estamos por y para los chicos, que es lo que más nos importa. Luchamos para que los chicos puedan venir a una escuela donde no solo puedan estar, sino que también puedan ser, es decir, que tengan un sentido de pertenencia y que la escuela sea su segundo hogar, que sea un vivir cotidiano”, cerró Pelichero. (Fuente: Elonce)


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