Según los datos que arroja la Agencia Nacional de Materiales Controlados (ANMaC), en la Argentina hay alrededor de 4 millones de armas en hogares; de ellas, solo 1,7 millones están registradas.
El número de usuarios legales e ilegales crece año a año en nuestro país debido a la inseguridad y el escaso accionar de las fuerzas policiales en algunos sectores.
“No podés andar con chiquitas, es tu vida o es la vida del otro”, sentenció Luis, legítimo y orgulloso portador de una Magnum 357 y una 9 milímetros.
Parece un personaje de una película wéstern de Clint Eastwood, pero no, es un expolicía que vive en José C. Paz, cerca de la frontera con Moreno. Luis explica que cuando sale de su casa, ya sea al kiosco de la esquina, sale armado. “Acá, si querés sobrevivir, es así”, expresó.
Como una especie de sheriff del conurbano, se defiende de los delincuentes y trata de cuidar a los que viven en su cuadra; no se esconde y los enfrenta, más de una vez ha salido a buscar a un delincuente tras el llamado de un vecino.
“Yo nací con el 357 en la cintura. Es mi compañera, la de abajo de la almohada, la de la mesita de luz”, relató orgulloso. Además, cuenta a modo de hazaña todas las historias en la que su Magnum impidió que se lleve a cabo un acto delictivo.
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Pero Luis no es el único, la realidad que se vive en esa zona lleva a que muchos vecinos estén armados. Según él, el cincuenta por ciento de los vecinos tiene un arma, ya sea una tumbera, un revólver o un cuchillo.