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Salió de una fiesta con una chica y fue apuñalado por el ex de la mujer

El principal acusado está detenido y así llegará al juicio que se realizará en marzo del año próximo.

Cuando aún las restricciones por el Covid-19 seguían vigentes en la provincia de Buenos Aires, en la localidad de Mercedes se organizó una fiesta clandestina que terminó en tragedia.

Durante la madrugada del 28 de noviembre del 2020, Jesús Miranda asistió a un evento organizado en una quinta ubicada en el barrio San Martín de esa localidad. Sin embargo, en un determinado momento las cosas dentro de la fiesta se pusieron feas por una discusión, y el joven de 26 años se fue junto a sus primos, un amigo y dos chicas.

Lo que nunca pensó Jesús es que esa madrugada iba a ser la última. Tan solo unos minutos después comenzó a ser perseguido por la expareja de una de las jóvenes que iban con él en el auto, hasta que cayó en una zanja y el agresor lo alcanzó para apuñalarlo con una cuchilla que había ido a buscar a su casa.

“Esa noche en esa fiesta mi hijo estuvo con su grupo de amigos y en un momento vio que había un problema con un chico al que sacaban de la fiesta, que después supimos que se llamaba Pablo Castro. Cuando notó que algo pasaba, mi hijo fue al fondo de la casa a ver qué sucedía y ahí se enteró que Pablo había tenido un problema justamente con el primo de mi hijo. Ahí le dijo a él que se fueran antes de que se hiciera más grande el problema. El primo y una chica se volvieron con mi hijo en su auto”, contó en diálogo con TN Claudia Di Marco, mamá de Jesús.

“La chica me contó que, de camino a su casa, apareció Pablo, que era su expareja y que ella empezó a gritar y que mi hijo dobló en una calle. Cuando salieron de ahí, se lo volvieron a cruzar y el chico venía de frente en una moto. Mi hijo para no chocarlo se tiró a un costado y cayó a una zanja. Jesús iba con la ventanilla abierta del auto y ahí Pablo sacó una cuchilla que se la enterró 17 centímetros abajo de la axila. Mi hijo solo atinó a decirle ‘pará, pará’ e intentó acelerar, pero no podía salir de la zanja. Ahí la chica se bajó y Pablo se detuvo. Lo atacó porque pensó que estaban juntos y eso nunca pasó”, relató la mujer angustiada.

Cuando el joven salió de su auto, corrió hasta la vereda de enfrente para pedir ayuda. Llegó a una casa, golpeó la puerta, pero antes de que le abrieran cayó desplomado al suelo. Esa vecina le contó a Di Marco que Jesús perdía mucha sangre y que llamó rápido a la ambulancia porque sabía que se estaba muriendo.

Esa madrugada, Jesús murió. Al día siguiente, cuando la ex novia de Pablo Castro contó lo que había sucedido a la policía, el joven quedó detenido. En la casa del sospechoso, la que compartía con sus padres, los investigadores encontraron en la cloaca de la vivienda la cuchilla con la que había agredido a la víctima. Tras el hecho, el violento se acostó a dormir y no le dijo a nadie lo que había hecho.

“Pablo fue hasta su casa a buscar una cuchilla y después interceptó a mi hijo mientras iba en el auto con la chica. Yo tengo dudas de qué fue lo que pasó, porque el primo de mi hijo y su amigo dicen que mi hijo ya los había dejado en la casa y que solo faltaba llevar a la chica cuando se supone que apareció la expareja de esta joven. Pero otros testigos dicen que los vieron salir corriendo a los dos cuando ocurrió el ataque”, cuestionó la mujer.

Lo que está claro y lo que sí se sabe es que el acusado tenía una perimetral por violencia tras una denuncia de su expareja, con quien mantenía una relación tóxica, porque se peleaban y arreglaban permanentemente.

Además, ya había estado detenido durante cuatro años, acusado de haber dejado en coma a un joven tras una golpiza. El chico se salvó, pero quedó con una discapacidad.

Si bien Castro llegará al juicio preso, porque está detenido desde el hecho, la familia de Jesús teme que el caso quede impune. El proceso judicial comenzará el 7 de marzo del 2023, cuando se cumplan 2 años y medio del crimen y el fiscal que lo llevará adelante será Guillermo Massaroni.

“Yo tengo miedo de que quede impune y que no lo condenen. Ellos quieren hacer creer que fue una pelea, pero no lo fue porque mi hijo nunca lo atacó, se bajó con una llave cruz chiquita para defenderse, pero lo único que hizo fue salir corriendo, él nunca lo golpeó a Castro. Por eso tengo miedo de que todo quede en la nada”, se sinceró Di Marco.

La familia de Miranda se constituyó como querellantes en el proceso, pero todavía no tuvieron acceso al expediente. “La carátula es homicidio simple, pero para mí fue premeditado, porque el chico se fue de la fiesta y salió a buscar un cuchillo. Me dijeron que para cambiar la carátula hay que esperar hasta la fecha del juicio”, sumó.

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Jesús era conocido en Mercedes como “El Tucu”, porque era oriundo de la provincia de Tucumán, donde vive su familia. El joven era tatuador y además al momento del hecho tenía una hija de 2 años y medio, quien hoy reclama por su padre. “Dejaron a una hija sin su papá. Siempre me pregunta por qué su papá no lo lleva al jardín”, cerró conmovida la madre de la víctima.

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