Un jurado popular decidirá si un hombre de 44 años es culpable o no de la imputación de abuso sexual de su hijo e hijastro. Los hechos denunciados hace dos años sucedieron en la ciudad de Paraná y la identidad del imputado se mantiene en reserva para resguardar a las víctimas.
Ayer, la jueza de Garantías Marina Barbagelata comunicó oficialmente a las partes que el caso fue remitido a juicio. En el debate la Fiscalía, a cargo de Carolina Guzmán, acusará por los delitos de “Amenazas calificadas en contexto de violencia de género, Tenencia ilegítima de arma de guerra, Abuso sexual gravemente ultrajante agravado reiterado y Abuso sexual con acceso carnal agravado reiterado”.
Todo ello, en concurso real con Corrupción de menores agravada. La pena en expectativa que podría pedir la Fiscalía en el juicio es de 19 años de prisión. Otro que pedirá condena es el abogado querellante Boris Cohen, mientras que el defensor Milton Urrutia, que representa al masajista, irá por la absolución.
El ahora acusado denunció hace varios años a un empresario de la construcción por abuso sexual, pero en ese caso el imputado fue absuelto.
En la actualidad, el imputado tiene como medida cautelar la prohibición de acercamiento a menos de 500 metros de la vivienda las víctimas, así como a su expareja y testigos. O sea que llegará al juicio en libertad.
Los hechos denunciados salieron a la luz cuando el hijo de 11 años del acusado le contó a su mamá que fue abusado sexualmente por su padre durante varios años en su niñez. Tras esta denuncia, el hijo de la expareja del hombre, con quien el abusador vivió durante muchos años, también expresó que sufrió violaciones reiteradas por su padrastro.
Supuestamente el hombre intentó impedir ser denunciado al amenazar de muerte a su expareja, pero la abuela de los niños impulsó que fueran a buscar justicia. Tras la imputación, el acusado estuvo con tobillera dual, pero hace un par de meses se la quintaron
Según consta en la denuncia el hombre le dijo a su expareja: “Te voy a volar la tapa de los sesos si hacés la denuncia”. Sin embargo, en octubre de 2020, la madre de la víctima lo denunció igual y la Justicia autorizó el allanamiento a la vivienda del acusado, donde secuestró un arma de fuego calibre 38.
En cámara Gesell, el niño confirmó los abusos padecidos. La investigación continuó y el hombre nunca estuvo preso, pero le colocaron una tobillera dual, que mantenía colocada desde entonces.
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Poco después, el hijo de la expareja del acusado (con quien él convivió durante muchos años) le contó que también había sufrido abusos. La víctima es un joven mayor de edad, quien pudo hablar sobre lo que padeció cuando era niño por parte de su padrastro. Su declaración en la Fiscalía sumó otro delito más que le imputaron al hombre.