12.2 C
Paraná

Su mujer contrajo coronavirus embarazada, murió y pide ayuda para cuidar a su beba prematura

Lautaro Fritzler tiene 24 años y es oriundo de Hernandarias. Se desempeñaba como camionero para una empresa, pero en las últimas semanas debió dejar de trabajar porque un trágico hecho marcó su vida.

Su pareja contrajo covid-19 estando embarazada. Estuvo en terapia intensiva, logró superarlo, pero contrajo una bacteria intrahospitalaria y la situación se complicó. Decidieron hacerle cesárea y nació Ainhoa, de 32 semanas, que pesó 1.640 kg.

Casi un mes después, el 24 de junio, su mujer falleció. Su pequeña hija requiere de exhaustivos controles y cuidados, por lo que Lautaro debió dejar de trabajar para darle la atención que necesita. Por tal motivo, el joven no cuenta con recursos y solicita ayuda para poder abrir un kiosco, trabajar, juntar dinero y poder también estar junto a su beba.

Sobre su historia de amor con su esposa indicó que la conoció en 2012, en un parque a la salida del pueblo. «En un momento frena un vehículo y se baja una chica hermosa, con una sonrisa, unos ojos hermosos. Recuerdo bien que le dije a mi prima: me enamoré. Pasaron los años y nunca más la volví a ver. En el 2014 en una recepción de una de las escuelas de Hernandarias, la vida me la puso en mi camino una vez más. Comencé a averiguar por ella y me enteré que hacía poco se había mudado, averigüé su nombre y gracias a las redes sociales la pude encontrar, Josefina Rodríguez. Le empecé a escribir por Facebook, ella no estaba muy interesada en mí, después de mucho tiempo y de insistir logré que me acepte unos matecitos”.

“Ahí comenzó nuestra historia, ella con 16 años recién cumplidos y yo con 18. Con Josefina nos juntamos de muy chicos, recuerdo llevarla a la escuela que estaba cursando su último año y yo me iba a trabajar”.

“Yo quería ir detrás de un sueño mío que era ser chofer de camiones. En el año 2019 empecé en un camión de reparto en el pueblo, donde no ganaba ni la mitad de lo que ganaba en mi otro laburo. Fueron tiempos muy difíciles ya que no contábamos con mucho dinero, llegamos a calentar agua a fuego para hervir unos fideos», relató

“Tuvimos la suerte de que yo entré a trabajar en una empresa del pueblo nuestro, pudimos acomodarnos mejor económicamente y era tiempo de cumplir unos de nuestros sueños, tener nuestro primer bebe. Estuvimos buscando nuestro bebe durante 9 meses, hasta que por fin en noviembre del 2020 llego la notica tan esperada, estaba embarazada. Nuestra felicidad era inmensa. Pasó el tiempo, nos enteramos que estábamos esperando una niña, mi señora desde que supo que estaba embarazada dedicó su vida a eso, no hacia otra cosa que hablar de su bebe y hacer cosas para su llegada”.

La tragedia y el covid-19

“En mayo de 2021 mi señora se contagió de covid, por lo que yo me aislé con ella y lo contraje también. Nos pusimos en contacto con el ginecólogo que quería que Josefina se interne en un lugar donde esté controlada por médicos. Llamamos a muchos lugares y las palabras eran que estaba todo colapsado y que solo atendían problemas respiratorios y mi mujer hasta el momento no tenía ese problema. El ginecólogo nos recetó unas inyecciones anticoagulantes que yo le ponía en la panza todos los días. Parecía que todo marchaba bien, habíamos pasado ya 8 días de estar aislados, y el sábado 15 de mayo en la tarde mi señora se entró a bañar y le dio un ataque de tos grande del que no se podía componer y a su vez tuvo una pérdida de líquido. La retiré del baño, la cambié y llamé al sanatorio del Villa Libertador San Martin, les conté la situación y me dijeron que nos esperaban. Cuando llegamos me dicen que al final no podían atender a Josefina porque no contaban con la aparatología para recibir un bebe de 31 semanas. Me vuelvo a comunicar con el ginecólogo le comento la situación y nos manda al hospital San Roque de Paraná. Llegamos al hospital, donde nos trataron muy mal, a mí me sacaron tres veces afuera, controlaron a mi mujer y le dijeron que ella estaba perfecta, que se quede en su casa y que no salga”, detalló Lautaro sobre la atención de su mujer.

“A todo esto, ya era domingo de madrugada, llegamos a nuestro pueblo, Josefina había quedado muy triste por el mal trato que sufrió. Se le notaba la respiración rara y cuando se entró a bañar nuevamente el ataque de tos. Llamamos al hospital del pueblo y nos dieron turno para el lunes ya que estaba todo colapsado». Cuando fue atendida ya no estaba saturando bien, le pusieron oxígeno y empezaron a llamar a todos los sanatorios para conseguir cama, después de más de 3 horas consiguieron en el Sanatorio la Entrerriana.

Tres días después de la internación se encontraba mucho mejor, iban a pasar a una habitación común pero una bacteria se alojó en el pulmón y le provocó un cuadro de neumonía. El 26 de mayo le realizan una cesárea y nació Ainhoa, de 32 semanas con 1.640 kg.

Lo que siguió fue un calvario. «Me encontraba frente a mi hija recién nacida, en el Instituto Privado de Pediatría. Un hijo es motivo de celebración, nuestra beba tan deseada había llegado, pero por otro lado mi mujer luchando por su vida, intubada, en un coma inducido. Al tiempo mi mujer seguía desmejorando, le realizaron la traqueotomía. Fue casi un mes de ir y venir del IPP a la Entrerriana. El jueves 24 de junio mi mujer fallece después de 3 paros respiratorios”, manifestó.

«Hoy me encuentro en la localidad de Paraná con mi bebe prematura que requiere de muchos cuidados. Mi propósito de acá en adelante es cuidar de nuestra beba, poder acompañarla en cada paso, contarle la extraordinaria mamá que le tocó, lo mucho que la amaba. A raíz de todo esto estoy viendo la posibilidad de emprender un negocio para poder estar todo el tiempo para mi hija, que es mi motivo de ser”, expresó el joven padre.

Cómo colaborar

Quién desee donar puede hacerlo a su cuenta bancaria:
Fritzler Lautaro Natanael
Caja de ahorro banco Patagonia 207026256
CBU 0340207008207026256000
CUIT 20-39579384-6

Con información de El Once

Más leídas
En esta misma categoría
Nuestras redes
Relacionadas
Te puede interesar