Una mujer había estado detenida por una causa de drogas. La mismo organizó, una fiesta clandestina por redes sociales. «Traer hielo y escabio» era la solicitud. Llegó la Policía y hubo enfrentamientos.
La entrada costaba 200 pesos. «Traer hielo y escabio» era la solicitud y «Al que hace bardo lo sacamos», la advertencia. Con estas reglas se organizó una fiesta clandestina en una casa de la ciudad chubutense de Comodoro Rivadavia. Aunque faltaba un dato importante: la organizadora era una mujer que tenía arresto domiciliario por un caso de drogas.
La imputada había utilizado a sus hijos para la convocatoria por las redes sociales. Y tuvieron éxito porque llegaron casi 200 personas a la fiesta clandestina. Pero también llegó la Policía, que fue alertada por los vecinos. Hubo incidentes y una suboficial resultó herida en la cabeza porque los asistentes comenzaron a arrojarles todo tipo de objetos. Los agentes tuvieron que pedir refuerzos.
Todo ocurrió en la vivienda ubicada en la calle Arrayanes, a la altura del kilómetro 8, en el acceso a Comodoro Rivadavia. La Policía recibió varias denuncias por ruidos molestos y acudió al lugar en varios patrulleros.
Cuando los oficiales intentaron terminar con la fiesta (realizada en un lugar cerrado, reducido y sin ningún tipo de los cuidados recomendados por la pandemia de Covid 19) ,comenzaron las agresiones. Volaban objetos y piedras contra los agentes que tuvieron que pedir refuerzos para contener a los violentos, muchos de ellos en estado de ebriedad.
La sorpresa de las autoridades fue cuando lograron dominar la situación y comenzaron a identificar a los presentes en la clandestina. Por supuesto que comenzaron por los dueños de casa. Y fue cuando comprobaron que la propietaria estaba cumpliendo arresto domiciliario por una prisión preventiva interpuesta por un caso de tráfico de drogas. También estaban involucrados sus hijos, quienes fueron los encargados de realizar la convocatoria a la fiesta por las redes sociales.
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En la convocatoria, que se difundió a través de Facebook, se aportaban números de celulares y se informaba sobre una «joda» cuya entrada costaba 200 pesos. «El escabio que traigan se lo dejan para ustedes. A las 11 pasamos la «ubi» (ubicación), las puertas se abren a las 12. Cero bardo, el que hace bardo lo sacamos. Traer hielo», consignaban.
Cuando llegó la Policía, primero retiró a los menores del lugar. Pero cuando estaban en pleno procedimiento comenzaron las agresiones. Y a caer proyectiles de todo tipo. Por eso, tuvieron que pedir apoyo a otras dependencias.
Una suboficial resultó herida de una pedrada en la cabeza. Aunque sin mayores consecuencias.
Hubo decenas de detenidos. Como algunos eran menores de edad, recuperaron inmediatamente la libertad. Menos la mujer, que -ahora- deberá cumplir la preventiva en una celda.