Una mujer estadounidense de 35 años falleció de hiponatremia luego de beber cuatro botellas de agua en pocos minutos por una supuesta deshidratación durante un viaje que realizaba junto a su familia en el estado de Indiana.
Ashley Summers se encontraba en una excursión por el lago Freeman a comienzos de julio cuando comenzó a sentir dolores de cabeza y mareos. En el hemisferio norte transitan uno de los veranos más calurosos y la mujer atribuyó el cuadro a una deshidratación por el calor.
La solución fue beber cuatro botellas de medio litro de agua en un lapso de 20 minutos, pero su organismo colapsó a causa de un trastorno conocido como hiponatremia, que se produce con un bajo nivel de sodio en sangre.
Según sus familiares, la mujer alegaba que tenía tanta sed que un trago de agua no le resultaba suficiente para saciarla. Cuando regresó a su casa, Ashley se descompuso en el garaje y fue traslada de urgencia a un hospital de la zona, donde le diagnosticaron un cuadro de «inflamación cerebral severa».
«‘Presenta una inflamación cerebral, no saben qué lo está causando, no saben qué pueden hacer para que baje, y [Ashley] no se ve bien'», dijo Devon Miller, hermano de la víctima, al diario The Sun cuando la mujer todavía estaba internada, aunque inconsciente.
Finalmente, los médicos la diagnosticaron con un cuadro de hiponatremia, caracterizado por el descenso abrupto de la concentración de sodio en la sangre. Esto puede ocurrir al beber una cantidad desproporcionada de agua durante un corto período de tiempo, lo que produce que se diluyan los niveles de sodio en el organismo.
«Fue un gran shock para todos nosotros«, afirmó Devon ante la inesperada tragedia. «Ella bebió cuatro botellas de agua en esos 20 minutos», explicó el hombre.
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La hiponatremia afecta la capacidad de algunos órganos, principalmente los riñones, impidiéndoles regular el equilibrio de líquidos. Los síntomas abarcan desde un malestar general hasta calambres musculares, dolor, náuseas, vómitos y dolores de cabeza.
En casos graves, como el de Ashley, el cerebro puede hincharse, pudiendo incluso precipitar estados de confusión, convulsiones, coma y la muerte.