Evangelina Alcaraz, abrió su bar a fines de enero de este año en la esquina de Leandro Alem e Illia, en la zona céntrica de Paraná. En ese momento firmó un contrato con la propietaria del local, que entre otros puntos, establecía un alquiler de 70.000 pesos por mes. Sin embargo luego de varias semanas prósperas, la crisis derivada de la cuarentena, los dejó al borde del desalojo y el cierre.
El relato en primera persona
«Al momento de firmar ese contrato nos parecía algo abultado el monto del alquiler, pero en lo personal siempre me gusta pensar en positivo y en ese momento todos teníamos expectativas de que nos iba a ir bien y que podíamos cumplir. Así sucedió durante el primer mes«, reconoció Alcaraz en declaraciones al programa Día a Día de Gigared Paraná.
Sin embargo, al poco tiempo de la apertura que incluyó la previa realización de modificaciones, nuevos muebles y obras de arte, se decretó el Aislamiento Obligatorio por el COVID-19 y por ende no pudieron abrir las puertas hasta hoy.
Según contó la propietaria del bar, «al saber que no llegábamos con el alquiler de abril, le planteamos la situación a la dueña del inmueble: le proponíamos renegociar el contrato y pagarle la mitad hasta septiembre y luego -de acuerdo a la situación- ver los pasos a seguir», indicó.
A todo esto, la respuesta no fue la esperada. La titular del edificio no habría aceptado este ofrecimiento y mediante una carta documento aceptó desechar el contrato y los intimó a desalojar las instalaciones en cinco días, que se cumplirían este fin de semana.
Ante ello, Alcaraz reconoció que «en un primer momento sentimos un desconcierto total, porque uno en una situación de crisis, encima imprevista, siempre apuesta al entendimiento. Además, está prohibido hacer mudanzas y no creo que alguien alquile en este tiempo. ¿Es mejor tener un local vacío o tener gente trabajando y a cambio cobrar un alquiler menor?», se preguntó.
Si bien en un primer momento querían acatar la medida, al dar a conocer la situación a través de las redes sociales, fueron asesorados y ahora los abogados de ambas partes negociarán un acuerdo.
Por el momento, la titular del bar adelantó a Día a Día que seguirán funcionando con servicio de delivery «dando trabajo a pibes que también lo necesitan» hasta que puedan reabrir y a la espera de la resolución judicial.