El intendente de la ciudad de Concordia, Francisco Azcué recorrió parte de la zona sur de la ciudad en el camión recolector. Al bajarse, anticipó mejoras para el personal y pidió más compromiso a los vecinos. “Siempre quise saber qué se siente; cómo era la experiencia. Y me pareció que era la mejor forma de conocer de primera mano el servicio para mejorarlo”, explicó el jefe comunal a Infobae.
En las últimas horas del viernes, el jefe comunal de una de las ciudades más pobres del país se calzó los guantes y el chaleco refractario y se subió al camión que levanta los residuos. Durante más de una hora, corrió a la par de los empleados municipales de limpieza, juntó las bolsas de residuos y las arrojó al compactador.
Azcué, que llegó a la intendencia después de 40 años de gobierno peronista, dijo que durante la faena había visto y comprobado muchas cosas que le servirán para mejorar su gestión.
Lo primero que señaló fue que encontró gran cantidad de bolsas rotas. “Hay muchas, muchísimas personas, que las rompen buscando comida. Impresiona”, reflexionó.
Los cambios
El intendente de Concordia cumplió su primer mes de gobierno hace unos días. Tuvo que afrontar una situación difícil producto de las inundaciones provocadas por la creciente del río Uruguay que afectaron a gran cantidad de familias que viven en la zona ribereña. Y también dar un giro de 180 grados a la lógica política dominante en la ciudad desde la recuperación de la democracia.
En esa línea, tomó la determinación de terminar con el convenio que ataba el reciclaje de la basura a la cooperativa Mundo Reciclado, ligada al Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE) que lidera el dirigente kirchnerista Juan Grabois.
“Voy a salir a hacer el recorrido con los muchachos”, dijo el jefe comunal
El acuerdo caído había sido firmado por su antecesor, el justicialista Enrique Cresto. Incluía la cesión de las tareas de selección y reciclado de componentes secos urbanos tales como vidrio, bolsas y films plásticos, envases de tetrabriks, metales, papeles y cartones.