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Un joven cadete denunció que la Policía retuvo su moto de manera irregular

Un joven paranaense que trabaja como motomandado denunció que efectivos de la Policía de Entre Ríos le retuvieron la moto de manera irregular aduciendo una falta que no cometió. Como respaldo de su denuncia presentó las copias ilegibles de una multa y contó el periplo que debió realizar para encontrar su moto.

En Nunca es tarde, por Canal 9 Litoral, Pablo Hurie dio detalles de la situación que atravesó la noche del 7 de septiembre en la zona de calle de Larramendi y Croacia. “Tenía poca batería. Por eso, cuando me para el control, apago la moto y me acerco al control. Ahí me dicen que me van a multar y secuestrar la moto porque traía la luz apagada”. 

“Yo me enojé, encendí la moto de nuevo, le mostré que tenía luces, pero no me dieron bolita”, contó el muchacho. Lo curioso es que no le pidieron ninguna documentación, ni verificaron siquiera la titularidad. Solo le dieron una copia de la multa, ilegible, donde apenas se lee que el vehículo se encuentra en “mal estado de circulación”.

Periplo. Al día siguiente, Pablo se dirigió al Juzgado de Faltas de la Municipalidad de Paraná donde le indicaron que debía esperar unos días, hasta que la notificación llegara al lugar. Y le ofrecieron hacer un descargo sobre la copia de la multa.

Pasaron los días y como no tenía noticias, volvió al Juzgado. Allí le informaron que seguían sin tener noticias y le aconsejaron que se moviera para encontrarla.

Como se la había retenido la Policía, Pablo llamó al 911. El telefonista le indicó que debía ir al depósito de Bajada Grande donde otrora funcionaba el Promín. Al llegar al lugar, dio con su moto y una multa que indicaba que había sido retenida por falta del casco reglamentario. La contravención no coincidía con la que le habían dado aquella noche y sumaba una nueva irregularidad al procedimiento.

El cadete se dirigió entonces a la Jefatura Central de Policía donde también se desentendieron del tema y no supieron darle una respuesta. Mientras tanto, Pablo no puede trabajar. El sustento de su familia corrió peligro el día que cerró el bar en el que trabajaba, hace unos meses en medio de la pandemia. Y vuelve a estar en riesgo ahora, por un control policial viciado de irregularidades con muchas interrogantes y ninguna respuesta.

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