Durante este martes se confirmó la muerte de Fabricio Domínguez, el joven de 19 años, jugador de Gimnasia y Esgrima, quien se electrocutó al tocar un alambrado en una cancha de fútbol.
El lunes de la semana pasada, Fabricio fue a ver un partido en las canchas de césped sintético del Jockey Club en Godoy Cruz. Jugaba su hermano y compañeros de Gimnasia. El joven se acercó hasta el alambrado que divide la cancha de la tribuna y al tocarlo recibió una descarga eléctrica y quedó inconsciente. Su familia había comentado que «se acercó a una tela y le dio una descarga de corriente, de 380 parece que fue. Prácticamente lo mató, la ambulancia llegó y él estaba muerto, le dio un paro». Fue internado de urgencia en el Hospital Lagomaggiore y luego pasó al Hospital Central.
“Lucho y luchó”
«Dios se lo llevó, esperemos que salgamos adelante. Nunca pensé que se iba a morir. La luchó, la luchó y no pudo salir. Tuvo muerte cerebral y los padres decidieron desconectarlo para dejarlo descansar en paz. Estaba su cuerpo pero su cerebro estaba destruido. Hay que rezar por la familia que quedó destruida», dijo su tío Luis Piantini en diálogo con Canal 7.
En la última semana, las redes sociales de todos los clubes de Mendoza se sumaron a los pedidos de oración por la salud de Fabricio y para enviarle fuerza a la familia. Además, en diversos partidos de Liga Mendocina los plantes del Lobo salieron con banderas: «Fuerza Fabri, estamos con vos».
Independiente Rivadavia y Godoy Cruz, entre otros, fueron algunas de las instituciones que expresaron su preocupación por lo ocurrido e invitaron a los hinchas a dejar los «colores» de lados para unirse por la salud de Fabricio.