La Justicia entrerriana y la de Rosario llevan adelante investigaciones en las que se encuentra implicado un reconocido peluquero de la ciudad de Paraná.
Por el momento, en esta provincia hay una denuncia, aunque fuentes del palacio de Tribunales indicaron que no se descarta que en las próximas horas puedan presentarse otras. El 13 de noviembre la Oficina de Gestión de Audiencias de la Sala Penal del Superior Tribunal de Justicia de la Provincia de Entre Ríos libró un exhorto a los tribunales rosarinos, se informó a Entremediosweb.
La denuncia fue radicada por una joven por el delito de «abuso y acoso», por lo cual actúa la Fiscalía de Género. Por estas horas se está por determinar si finalmente la causa se tramita en Paraná o en Rosario.
Según se indicó, el hombre fue notificado sobre la acusación por la policía la primera semana de noviembre. Incluso una amiga de la denunciante grabó el momento en el que los agentes concurren al local y lo enfrenta: «vos acosaste a mi mejor amiga, esto te estás ganando».
Luego de ese día el peluquero viajó a la provincia de Santa Fe de donde es oriundo. Paralelamente y al trascender la denuncia, otra persona muy cercana a él también lo acusó ante la Justicia por el mismo delito y quedó detenido en Rosario.
De acuerdo con el relato de la joven paranaense, todo ocurrió en el local de calle Corrientes cuando se fue a teñir. Según su relato, el estilista le masajeó la espalda, le desprendió el corpiño, le bajó la pollera y la tocó.
La adolescente de 18 años indicó que «se quedó paralizada» ante el abuso y sostuvo que el hombre le dijo «que no se entere mi mujer porque me mata». La chica relató que quedó en estado de shock, que la fue a buscar su papá en auto y solo pudo contar lo que le había pasado a su hermana.
La joven era clienta desde hace dos años del estilista, a la peluquería siempre concurría con su mamá pero ese día había ido con una prima al turno.
Escrache al peluquero
La peluquería que se encontraba ubicada en calle Corrientes casi esquina Victoria apareció con pintadas en su fachada con leyendas como «acosador», «pedófilo» y «degenerado». Tras la denuncia, el salón cerró.
El local que era alquilado fue rápidamente desocupado y el propietario realizaba refacciones para ponerlo nuevamente en alquiler.
