Eran las 19 horas del lunes pasado. Ezequiel Vicente, había vuelto a casa luego de cumplir con su jornada laboral como remisero cuando uno de sus cuatro hijos de 13 años se desplomó en llanto. A los pocos minutos contó que había sido abusada sexualmente por un vecino del barrio. «Me la arruinó, la lastimó de por vida. Yo lo único que quiero es que vaya preso», sostuvo el padre de la víctima. Además, puntualizó la gravedad del resultado que arrojaron las pericias psicológicas a las que fue sometida su hija por el trauma causado tras haber sido violada.
Ezequiel tiene 36 años, y cuatro hijos: dos mellizas de 13 años, otro de 8 y la más pequeña de 4. Junto a su esposa, todos los fines de semana venden ropa en una feria situada en la localidad bonaerense de Gregorio de Laferrere, partido de La Matanza, donde ellos viven. El fin de semana pasado no fue la excepción. Por ese motivo todas las criaturas quedaron al cuidado de su abuela.
La nena había salido a hacer un mandado
Era domingo, estaba nublado. Alrededor del mediodía una de las «mellis», cómo le dicen cariñosamente en la familia, salió de la vivienda situada en el barrio La Juanita de la citada localidad para comprar algo de comer, cuando sin saberlo se topó con quien minutos después se convertiría en su abusador. «El pibe es conocido del barrio porque se juntan en la esquina con otros chicos. Siempre están entre la plaza y la esquina, donde fuman porro o toman cerveza», describió el papá de la menor en diálogo con este medio. Y puntualizó que su hija solía tener diálogo con el acusado ya que tenían amigos en común por la escuela.
«En el camino ella lo cruzó a este chico, al que conocía, y él se ofreció a acompañarla. Pero como antes tenía que buscar algo por su casa, la hizo entrar y esperar en el comedor«, relató Ezequiel según consta en la declaración de la denuncia.
Acto seguido, se desconoce si por la fuerza o bajo engaño, el acusado de 21 años la habría llevado al baño donde la encerró y abusó sexualmente de ella, a oscuras.
Le contó a una amiga del hecho
«Le tapó la boca con la mano. La puso de espaldas. La agarró de prepo, la manoseó por arriba y abajo de la ropa, la agarró de los pelos y la penetró como cuatro veces», expresó el papá de la menor. Una vez que la soltó, recién ahí pudo escapar del baño «en estado de shock». Guardó silencio hasta el día siguiente. Solo a una amiga le confió lo que le había ocurrido, y esta la impulsó a que le cuente a su familia.
El lunes 28 de marzo por la tarde Ezequiel regresó a su vivienda de trabajar. Al llegar se encontró con un panorama desconcertante. Su hija se largó a llorar desconsoladamente sin motivo aparente. Ezequiel recordó que desde el día anterior «estaba rara», pero no le habían dado mayor importancia. Así fue que ante las reiteradas preguntas de sus padres sobre qué era lo que le pasaba, ella pudo contar que había sido abusada sexualmente por el vecino.
No había nadie en la casa del abusador
De la bronca que lo invadió a Ezequiel al enterarse de la noticia, pateó un vidrio y terminó con un corte en el tobillo que le valieron diez puntos. No obstante Ezequiel junto a su esposa se dirigieron a la casa del acusado que está situada a dos cuadras y media de dónde viven ellos, pero no encontraron a nadie.
Leé también: https://entremediosweb.com/la-cancion-oficial-del-mundial-de-qatar-se-llama-hayya-hayya-el-video
La denuncia por abuso sexual fue realizada en la comisaría de Virrey del Pino, y tomó intervención la UFIJ N°1 a cargo de la fiscal Breggia Silvana María. En tanto, el miércoles la menor fue sometida a la pericia psicológica en la fiscalía de San Justo, y aguardan expectantes que avance la causa.