Con un clima completamente caliente, River se quedó afuera en los octavos de final de la Copa Libertadores. Mientras que el Vélez metió una de sus páginas doradas en la Copa y se metió en cuartos, donde se enfrentará a Talleres.
Los planes estuvieron claros desde el comienzo. El Millonario, con la tenencia, con la necesidad, con las ganas de llegar al gol para empatar la serie. El Fortín, más atrás, intentando aprovechar la velocidad de Luca Orellano y Lucas Janson y metiendo a los dos tanques a presionar como Walter Bou y Lucas Pratto. En ese sentido, el inicio fue casi inmejorable para el local. Presión asfixiante, buenos pasajes de Rodrigo Aliendro y Nicolás De la Cruz y posiciones movedizas como las de Julián Álvarez. Y fue casi inmejorable porque no pudo llegar al gol. Sobre todo, en la clara que tuvo a los dos minutos cuando Braian Romero quedó solo y remató al palo izquierdo de Lucas Hoyos.
Sin embargo, con el correr de los minutos, la visita, que en cada ataque de River tenía a un Matías de los Santos sacando absolutamente todo, empezó a hacer más eje en el partido, comenzó a aprovechar las fragilidades defensivas que mostró una vez más el fondo millonario y tuvo dos chances peligrosísimas de la mano de Bou y Janson, en las que intervino muy bien Franco Armani. Un 0-0 en la primera parte que empezaba a desesperar a todos en el Monumental.
En el inicio del complemento, se vio un Millonario desesperado, nervioso y demasiado estático. Tanto que el Fortín hasta corrigió los errores que había tenido en la parte defensiva y empezaba a complicar en cada contragolpe que casi era un mano a mano directo al arco del 1 del elenco de Núñez. Y una vez más, en una distracción desde un lateral, Bou quedó solo, remató y Armani volvió a salvar.
Marcelo Gallardo, tuvo que apelar a los ingresos de Juan Fernando Quintero, Matías Suárez y Esequiel Barco para ver si River podía salvar la ropa. Y ahí llegó la polémica. Porque Barco sacó un centro tremendo, Suárez cabeceó y el Millonario empató la serie. O eso se pensaba, en el medio de todo el festejo del Monumental, el VAR llamó al árbitro Roberto Tobar por una supuesta mano del 7 en el gol y el propio Tobar terminó cobrando que no fue gol, aun cuando la posición mostraba que Suárez no la tocó con la mano. Una jugada que hizo estallar completamente el ánimo del Monumental y de los jugadores, que se le vinieron encima al árbitro.
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Los últimos minutos, fueron de nerviosismo puro, con ambos bancos de suplentes cruzándose y con Tobar en el eje de la escena. Así se le fue la serie a River, que, más allá de la jugada polémica, no pudo doblegar a un Vélez que se hizo gigante y se metió en cuartos de la Copa Libertadores. Aunque el protagonista de la noche lluviosa terminó siendo el VAR, el Fortín sueña en grande en el máximo certamen internacional.