Jonathan Palacios no paraba de trabajar. Tenía actuaciones todos los fines de semana, daba clases de canto y estaba a punto de iniciar una gira por varias ciudades de Corrientes.
Pero llegó marzo de 2020 y el mundo se paró. La pandemia de covid y la cuarentena postergaron primero y suspendieron después todas las actuaciones acordadas. Ya no hubo alumnos aprendiendo canto y el promisorio presente se desmoronó.
Fue entonces cuando decidió irse a Maciá, localidad donde vive su hermana. Aprendió a cocinar, ayudó en la rotisería y ayudó en todo lo que pudo, aunque nunca había tenido experiencia gastronómica.
“Todos los días le pedía a Dios que me ayudara a salir adelante, que me diera una señal, pero no me respondía”, contó el artista en su regreso a la tv en Nunca es tarde, por Canal Once. Hasta que un día pasó algo que lo cambió todo. Así lo contó el propio Palacios: