Repasar la carrera artística de Max Berliner, el actor y director de origen polaco que acaba de fallecer en Buenos Aires a la edad de 99 años (el 23 de octubre hubiera alcanzado el centenario) equivale a revisar la prolífica historia del cine y la televisión argentina del último medio siglo. Porque Mordcha Berliner, tal su nombre original cuando nació en Varsovia en 1919, fue un participante de lujo de esa historia.
En sus inicios, su vida fue muy similar a la de miles de judíos de Europa del Este que se mudaron a nuestro país dispuestos a “hacer la América”. Berliner llegó con sus padres a la edad de dos años y muy pronto se instalaron en el barrio del Once, zona ya elegida por la naciente colectividad porteña de origen ashkenazi.
De padre broncero y madre costurera, su inicio teatral fue muy precoz. A los cinco años participó en una obra en idish del humorista Sholem Aleijem. Pero su gran carrera artística la desarrollaría en el idioma de su país adoptivo, si bien tuvo el privilegio de participar de dos films extranjeros como “Highlander II” y “Apartment Zero”.
Algunos de sus trabajos más destacados en el cine nacional, donde tocó todos los géneros, fueron “El profesor tirabombas”, “La Patagonia rebelde”, “La nona”, “Plata dulce”, “Pubis angelical”, “El desquite”, “Pasajeros de una pesadilla”, “Tacos altos”, “La cruz invertida”, “Susana quiere, el negro también”, “La amiga”, “Yepeto” y “Cóndor Crux”, entre muchos más.
Mientras que, en televisión, muchos de las ficciones más reconocidas de los últimos 30 años lo tuvieron como partícipe. Entre ellas figuran “Graduados”, “Botineras”, “Casados con hijos”, “Tumberos”, “Gasoleros” y “Chiquititas”.
“Hoy solo Música !!! Para recordarlo ! Ejemplo de vida , así lo recordamos! Max viejo querido mío ! Y un día nos dejaste ! ZL», escribió su hijo Daniel Berliner en las redes, confirmando lo que ya todos sabían: Max Berliner fue un verdadero ejemplo de vida para varias generaciones de actores y actrices argentinos.
El Trece