De entrada, Boca dio la sensación de querer asumir el protagonismo en casa ajena. De hecho, apenas 30 segundos se jugaban cuando Orsini infló la red, aunque el gol fue anulado por posición adelantada.
Lejos de sentirse intimidado, el Bicho impuso presencia de inmediato, y a los 8, Reniero desperdició una gran oportunidad al definir a las manos de Rossi. Y a los 23, Argentinos, quebró el marcador con un potente y esquinado remate de media distancia de Carabajal, imposible para el arquero visitante.
Minutos más tarde, el mediocampista de Argentinos, trató de repetir la fórmula, aunque esta vez le salió un disparo tibio. ¿El Xeneize?, Poco y nada. Careció de peso ofensivo y recién asomó a los 39 le llevó peligro a Lanzillota, con un derechazo cruzado de Orsini, que el arquero controló sin inconvenientes. Y antes del entretiempo, para colmo, el Bicho le aplicó un nuevo golpe con un cabezazo a la red de Verón.
En el complemento, el elenco de Ibarra, salió decidido a buscar el descuento en el corto plazo, y a los 10 minutos, Rojo olfateó el gol en un tiro libre, pero no llegó a cabecear con precisión. Con el correr de los minutos, sin embargo, Boca empezó a carecer de ideas para vulnerar el bloque defensivo del local, que con la ventaja decidió esperar más retrasado y apostar al contragolpe.
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En pos de darle al equipo aire fresco, el DT xeneize, movió el banco, apostando por los ingresos de Óscar Romero y de Darío Benedetto, entre otros, pero tampoco pudieron cambiar la ecuación. Sin tiempo para más, Argentinos terminó celebrando un triunfo que ilusiona a su gente, mientras que el visitante agudizó su presente futbolístico, dejando muchos interrogantes.