Durante los primeros 45 minutos, si bien tenía la pelota, el equipo de Ibarra nunca generó peligro de cara al arco de Rosario Central. Óscar Romero, quien arrancó como extremo, tuvo que retroceder y jugar como un volante más porque la pelota no le llegaba arriba. El paraguayo se mostró activo, aunque tampoco estuvo preciso a la hora de conectar con sus compañeros. Y nuevamente, tuvo que contar con la estelar aparición de su figura en este último tiempo: Rossi.
El partido de Central
El Canalla, jugó muy ordenado, siempre con la pelota por abajo cada vez que la tenía y, por medio de Buonanotte, generaba aproximaciones al arco local. A los 14 minutos, tras revisar por el VAR una mano de Luis Advíncula en el área, el árbitro sancionó penal. El encargado en el conjunto rosarino fue Servio, pero Agustín Rossi le tapó su remate con la pierna derecha y el partido continuó sin goles.
Lógicamente, el estadio explotó tras la intervención de su arquero, que sigue demostrando el nivel altísimo que tiene cada partido, y fue nuevamente ovacionado por los hinchas con el ya clásico «Rossi es de Boca y de Boca no se va».
Ya cerca del final, Boca comenzó a aproximarse al arco contrario. Avisó con un remate de Romero que se fue por arriba, y luego con un cabezazo de Agustín Sández. Y cuando se estaba por terminar la primera mitad, Villa armó una buena jugada individual, le ganó a Damián Martínez para puntear la pelota luego fue derribado en el área. La tecnología nuevamente entró en acción, el juez la revisó con el VAR y cobró la pena máxima a favor de Boca. Pol Fernández, agarró la pelota, cruzó su remate, pero Servio le adivinó la intención y se fueron al descanso igualados.
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En el complemento, el partido se planchó, y solamente hubo una ocasión de peligro por medio de Villa, quien reventó el travesaño. Boca, nuevamente se mostró sin ideas de mitad de cancha en adelante, y después de mucho tiempo, se escuchó desde la tribuna el «Movete Boca movete».