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Hollywood amenazada por un histórico paro de actores y guionistas

Actores y guionistas paran juntos por primera vez desde 1960.

Llegó el día que Hollywood más temía. Los actores del cine y la televisión, nucleados en SAG-AFTRA, no llegaron a un acuerdo y decidieron sumarse a la huelga que ya llevaban a cabo los guionistas desde hace meses. A partir de las 00 de este viernes (hora estadounidense), comenzará un paro histórico: no había una doble huelga en la meca del cine desde 1960.

El director ejecutivo nacional de SAG-AFTRA, Duncan Crabtree-Ireland, dijo que los actores no querían llegar a esta etapa, pero no hubo salida. «Una huelga es un instrumento de último recurso. Aunque estamos decepcionados por su renuencia a cooperar, la solidaridad de los miembros de SAG-AFTRA nunca fue más fuerte», declaró.

Así, será la primera huelga de actores contra la industria del cine y la televisión desde 1980 y la primera vez que actores y guionistas hacen huelga al mismo tiempo desde 1960, cuando Ronald Reagan era presidente del Screen Actors Guild. 

Los efectos de la medida se sentirán en todo el mundo, porque series como Euphoria, The White Lotus y The Last of Us, originales de HBO Max; The Marvelous Mrs. Maisel, de Amazon Prime; y Emily in Paris, de Netflix, se verán obligadas a posponer sus fechas de estreno. Aunque la producción de muchos programas y películas ya estaba detenida por la huelga de guionistas, el paro conjunto con los actores frenará casi todas las filmaciones restantes.

Actores de Hollywood de paro

“Los estudios y los servicios de streaming implementaron cambios unilaterales masivos en el modelo comercial de nuestra industria, mientras que al mismo tiempo insisten en mantener nuestros contratos congelados en ámbar”, aseguró Crabtree-Ireland en un comunicado.

“Su negativa a comprometerse con nuestras propuestas clave y la falta de respeto fundamental mostrada a nuestros miembros es lo que nos llevó a este punto. Los estudios y las plataformas de streaming subestimaron la determinación de nuestros miembros”, agrega el escrito. Fran Drescher, exestrella del histórico programa de televisión «La niñera» y ahora presidente de SAG-AFTRA, calificó las respuestas de los estudios a las preocupaciones de los actores como «insultantes e irrespetuosas».

Matt Damon, el reconocido actor que trabajó en la reciente Oppenheimer, lamentó: “Es brutal para nuestros sindicatos… Y va a ser duro para nuestros actores, para 160.000 actores, nadie quiere un paro laboral. Pero si nuestro liderazgo dice que nuestro trato no es justo, entonces debemos mantenernos firmes hasta que logremos un trato que sea justo para los actores que trabajan”.

Junto a Damon están muchas estrellas de cine importantes, que antes del anuncio de la huegla expresaron su apoyo a los otros sindicatos de Hollywood, en particular al Sindicato de Guionistas de Estados Unidos en huelga. Margot Robbie, estrella y productora de «Barbie», dijo a Sky News que estaba «muy a favor de todos los sindicatos». En total, son unos 160.000 actores los que participarán, quedando exentos los responsables de las telenovelas y producciones independientes. 

¿Qué es lo que piden? En gran medida, lo mismo que los guionistas, en huelga desde hace meses: restricciones a la tecnología de inteligencia artificial —que ya puede simular la imagen de un artista o el estilo de un escritor—, y un nuevo modelo de negocios transformador para la era del streaming, que según los sindicatos está convirtiendo el proceso creativo de Hollywood en una economía de conciertos.

Mientras ocurra la huelga, los actores no podrán participar de ninguna película o producción de televisión. Tampoco podrán ser parte de avant premieres o ruedas de prensa con periodistas, ni promocionar ningún evento relacionado.

La otra voz de Hollywood

Del otro lado están las grandes productoras y servicios de streaming, que también hablaron después de la oficialización del paro. “Ciertamente, una huelga no es el resultado que esperábamos, ya que los estudios no pueden operar sin los artistas que dan vida a nuestros programas de televisión y películas. Lamentablemente, la Unión eligió un camino que conducirá a dificultades financieras para incontables miles de personas que dependen de la industria”, declaró Scott Rowe, el portavoz de AMPTP (Alliance of Motion Pictures and Television Producers), que engloba a todos los productores ejecutivos de las grandes plataformas de streaming y estudios. 

En este sentido, remarcó que el sindicato de actores “desestimó nuestra oferta de salarios históricos y aumentos residuales, límites sustancialmente más altos en las contribuciones de pensión y salud, protecciones de audición, períodos de opción de serie más cortos, una propuesta innovadora de inteligencia artificial que protege las imágenes digitales de los actores y más”.

Por su parte, el director ejecutivo de Disney, Bob Iger, criticó las solicitudes de SAG-AFTRA como «no realistas» en una entrevista con CNBC el jueves por la mañana. Denunció «enormes daños colaterales» que la huelga tendría en los servicios de apoyo en la industria y manifestó: “Respeto su derecho y su deseo de obtener todo lo que puedan en compensación por su gente. Pero también debe ser realista sobre el entorno comercial y lo que este negocio puede ofrecer”.

¿Hay solución?

Una huelga histórica como esta —la primera en más de 50 años— necesitará medidas históricas. Al menos así pasó en 1960, cuando lograron terminar con el paro conjunto gracias a condiciones transformadoras, como pagar a los actores un porcentaje del dinero ganado cuando las películas obtuvieron licencias para televisión.

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Sin embargo, hay un enorme problema: muchos servicios de streaming todavía no obtuvieron ganancias después de gastar miles de millones de dólares en programación para tratar de atraer clientes. Disney, NBCUniversal y Paramount Global perdieron cientos de millones de dólares por la transmisión en el último trimestre. Al mismo tiempo, el auge del video online erosionó los ingresos por publicidad televisiva a medida que se reducen las audiencias televisivas tradicionales.

Los actores piden más dinero y nuevas reglas. Productoras y plataformas dicen que no tienen dinero, y que el panorama es como es. Mientras tanto, el cine pierde estrenos, las películas se retrasan y las audiencias del mundo no podrán hacer otra cosa que sentarse a esperar.

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