El primer refugiado ucraniano llegó al país este sábado a las 13.30 junto a su esposa, una ciudadana argentina, y otros tres repatriados. Se los vio entre exhaustos y aliviados por una travesía para salir de Ucrania que duró varios días.
El traslado fue coordinado y ejecutado por Cascos Blancos, la organización civil dirigida por Sabina Frederic que depende del Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto.
Fréderic dio la bienvenida a los cinco viajeros en el Aeroparque Jorge Newbery. Las identidades de los integrantes del grupo permanecen reservadas. Entre ellos se encuentran una mujer de 26 años oriunda de Mar del Plata junto a su nene de tres años y un diseñador gráfico cordobés que llevaba poco más de un año residiendo en Ucrania. Y el matrimonio conformado por un ciudadano ucraniano de 82 y una mujer con pasaporte argentino.
El grupo de cuatro adultos y un nene en la entrada del Aeroparque Jorge Newbery minutos después de aterrizar. Foto Guillermo Rodríguez Adami
La logística para ayudar al grupo comenzó hace varios días y fue la exministra de Seguridad y actual titular de Cascos Blancos quien ofreció detalles sobre la operación.
«Llegaron en tren a la ciudad polaca de Chelm (ubicada a 25 kilómetros de la frontera con Ucrania). Luego se alojaron en un espacio de albergues que dispone el gobierno de Polonia y llegaron a Varsovia (la capital polaca), desde allí, volaron hasta Brasilia en un avión de la fuerza aérea brasileña», explicó Sabina Frederic.
El mismo jueves, cuando el ciudadano ucraniano aterrizó en la capital brasileña se reunió con el embajador Daniel Scioli y recibió su documentación.
Este sábado por la mañana, los cinco pasajeros se sumaron al vuelo de Aerolíneas Argentinas AR 1241 desde Brasilia, hicieron una escala en San Pablo y, finalmente, pisaron suelo argentino junto con la delegación de Cascos Blancos, compuesta por cuatro mujeres y dos hombres.
Los cuatro adultos que llegaron a la Argentina desde Ucrania acompañados por la delegación de Cascos Blancos y Sabina Frederic. Foto Guillermo Rodríguez Adami.
«Habrá más ucranianos con interés en acogerse a esta visa humanitaria, que otorga la posibilidad a ciudadanos que están huyendo de la guerra de venir a la Argentina sin pagar tasas migratorias», agregó Frederic.
“Se otorgó el visado de modo tal que, cuando arribe a suelo argentino (el ciudadano ucraniano), lo haga en condición de residente, con todos los beneficios que le corresponden”, informaba el comunicado N° 136/22 emitido por Cancillería el pasado viernes.
La titular de Cascos Blancos anticipó que esta será la primera de varias operaciones en coordinación con las embajadas argentinas en Polonia y Rumania para repatriar a los argentinos que quieran volver y a sus familiares.
«Quedan unos 25 argentinos que manifestaron su deseo de salir. La salida va a ser seguramente por Rumania, por eso decidimos con el canciller Santiago Cafiero desplazar el grupo (de Cascos Blancos) hasta Bucarest y de ahí a la frontera con Ucrania», dijo Frederic a Clarín. La misión de voluntariado se extenderá una semana más por estos motivos.
La emoción del reencuentro
Los recién llegados, que prefirieron mantenerse lejos de la prensa, fueron recibidos por sus familiares. A las 14.52, a poco más de una hora de haber aterrizado, a la mujer marplatense, que llegó junto a su nene de tres años, la recibieron los padres con mimos y abrazos. En medio de la emoción, el abuelo alcanzó a admitir que hacía ocho meses no veía a su nieto.
El emotivo reencuentro de los pasajeros con sus familiares. Foto: Guillermo Rodríguez Adami
El ucraniano y su esposa fueron recibidos por sus nietos, residentes de Buenos Aires. Y al último pasajero, ahora le esperaba un viaje hasta Río Cuarto, en Córdoba, por lo que fue llevado hasta la terminal de Retiro para abordar un micro.
La guerra de Rusia a Ucrania ya ha dejado más de dos millones de refugiados y desplazados.
NS