Para el fiscal Santiago Alfieri, el contador Gonzalo Calleja fue asaltado, secuestrado y asfixiado por los acusados Ezequiel Morato, Enrique Osuna, Ramiro Colman e Ivan Garay, entre otras personas que participaron del hecho.
Según los resultados de la investigación policial, Calleja fue citado en ese lugar por Ezequiel Morato con quien había hecho transacciones monetarias en otras oportunidades. Allí, el contador fue sorprendido por las demás personas que “lo sometieron, le robaron su reloj, mochilla y billetera, las llaves originales de su Ford Fiesta y 15.000 dólares en efectivo”.
“Lo mantuvieron cautivo hasta las 5.30 de la madrugada del día 15 en el departamento 88 Planta Baja del barrio 1 de julio donde vive Ivan Garay”, describió el fiscal durante la audiencia de acusación realizada este jueves en los Tribunales de Paraná.
Alfieri se apoyó en los testimonios de Sofía, la novia de Calleja y el socio del contador quienes coincidieron en que les había adelantado que iba a ir a esa zona de la ciudad a realizar un cambio de pesos por dólares. Se sumó también el testimonio de José Luis Galliard, “un comprador de dólares que vinculó a la víctima con el señor Morato”.
Para respaldar su teoría, el fiscal sumó el aporte de una testigo de identidad reservada que dijo haber visto a los acusados en la casa Mario Exequiel Roda, alias Machuca. La testigo contó que, al pasar, escuchó decir a estos hombres que “se la habían mandado y que se iba a pudrir todo”
Otra testigo declaró en el mismo sentido. Indicó que en la noche del 14 de julio se encontraban reunidos Garay y Roda, debajo de la casa de este último junto a otras personas. “Se los veía exultantes y hablaban de que había que matarlo”, citó textualmente el fiscal.
Alfieri dijo que otra de las testigos narró que, de la casa de Garay “salen Garay y Roda, con alguien “como encapuchado, como detenido”, lo meten en el baúl de un auto similar a un Volswagen Gold Trend”, y salen con rumbo desconocido.
Alfieri destacó que Garay y Colman cumplían arresto domiciliario sin monitoreo al momento en que ocurrieron los hechos.
El fiscal repasó todas las pruebas aportadas por los acusados y las desestimó al afirmar que “en nada diluyen el mérito sustantivo” de la acusación. Además, en base a los riesgos procesales, los antecedentes penales y el miedo que tienen algunos testigos, pidió la prisión preventiva por 90 días para los cuatro imputados.
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