Un hombre protagonizó una perversa confesión al contarle a su esposa que era el abusador de sus hijas. Tras la investigación del caso, el abusador recibió una condena a 12 años de prisión efectiva.
O. S. (sus iniciales) fue condenado por el delito de abuso sexual con acceso carnal continuado. Cuenta con los agravantes de vínculo, guarda y convivencia, se produjo en concurso real y con el delito de coacción en perjuicio de sus hijas de 13 y 14 años. También lo privaron de su responsabilidad parental de cara al futuro.
Estos hechos se produjeron en el paraje Iruya, de Salta. Por decisión del juez Javier Aranibar, el imputado recibió el traslado a la Unidad Carcelaria 1. Recomendaron su sometimiento a tratamiento psicológico, pero previamente deberán acreditar su necesidad.
También se dispuso la realización de un examen médico y extracción de material genético. Esto último es para inscribirlo en el registro nacional y provincial de condenados vinculados a delitos contra las personas y la integridad sexual.
Largo sufrimiento
El pasado 8 de enero, dos efectivos del puesto policial Rodeo Colorado recibieron la orden de verificar una denuncia. La misma llegó de manera escrita por parte de la madre de las víctimas a la comisaría de Iruya. En la nota se leía: «Hágame el favor de hacerle saber a la policía que venga, que hay amenaza con arma blanca y abuso sexual de dos menores«.
Al llegar al paraje en donde residía la denunciante, les contó que su concubino O. S., con quien tenía ocho hijos, abusó de las dos mayores. Esas jóvenes tenían 13 y 14 años al momento de la denuncia.
Una semana antes, el 1 de enero, la madre había encontrado a una de las víctimas escondida debajo de la cama. Al consultarle el motivo, la menor le dijo que había sido abusada. Luego le confesó que los abusos se produjeron desde que tenía 10 años y que su hermana de 13 también era víctima.
La adolescente reveló a su madre que el hombre las sometía sexualmente cuando estaba alcoholizado. Para corroborar la situación, la mujer habló con su pareja quien le realizó una perversa confesión confirmando que era el abusador: «Si, es verdad. Lo hice pensando que eran vos«.