A nivel nacional los estudios realizados por el gobierno indican que los contagios de viruela del mono sufrieron un nuevo aumento. Esta información registra informes de hasta el 13 de septiembre, día en el que el total de casos llegó a 265 a nivel nacional. Esto implica un aumento del 20 por ciento respecto a la última semana registrada, según el Boletín Epidemiológico Nacional.
En el informe anterior, el número de casos registrados era de 221, pero el aumento de la última semana los llevó a 265 casos. Los registros nacionales del Ministerio de Salud aún no detectan casos en Entre Ríos. El foco está puesto en la Ciudad de Buenos Aires, seguida desde atrás por las provincias de Buenos Aires y Córdoba.
A nivel global los casos ya son más de 58 mil en 100 países. En mayo se registró el primer caso fuera de África, detectado en Reino Unido y de ahí en más comenzó a repartirse por otros lugares del mundo. Hasta el momento se reportaron 22 muertes a la Organización Mundial de la Salud (OMS) por esta enfermedad.
Actualmente Argentina tiene casos sospechosos en 14 jurisdicciones, aunque sólo nueve de ellas tienen casos confirmados. Por otra parte, se incrementa la influencia de casos autóctonos, ya que el 81,1 por ciento de los pacientes no tienen antecedentes de viaje previo al inicio de los síntomas.
La mediana de la edad en la que se contagian las personas es de 38 años, con un mínimo de 18 y un máximo de 61 años. Por otra parte, el 70,5 por ciento de los casos confirmados se diagnosticaron durante el último mes.
La gran mayoría de los infectados son hombres (99,6 por ciento). Solo una persona de sexo legal femenino se registró con esta enfermedad (se trata de una mujer trans). De cualquier modo, recordaron que cualquier persona que esté en contacto con una que padezca viruela símica puede contagiarse.
En el brote actual, la mayoría de los casos presentaron síntomas leves de la enfermedad, pero puede llegar a ser grave en ciertos grupos de riesgo. Niños pequeños, personas gestantes y personas inmunodeprimidas podrían padecer la enfermedad con más gravedad.